Viaje al pasado
Se va una de vacaciones y cuando vuelve de Marte se encuentra a Alfonso Guerra puño en alto, al juez Garzón declarando por osar investigar los crímenes del franquismo y una manifestación de Falange. Ante el temor de haber cogido la nave interplanetaria equivocada y haber viajado en el tiempo a través de un agujero de gusano, una echa un vistazo a la aldea gala y encuentra a sus irreductibles conciudadanos buscando trabajo y a políticos y periodistas en animado debate sobre una magna manifestación preventiva que debe demostrar al Tribunal Constitucional con quién se la está jugando y organizando una consulta popular que debe llevar al país a la independencia.
La novedad que confirma el paso del tiempo es que Alfonso Guerra va acompañado de Leire Pajín y Bibiana Aído, asumiendo orgullosas el puño en alto sin ver que el símbolo del socialismo democrático ha sido históricamente pervertido por el totalitarismo comunista. Los símbolos, cuando se los ha apropiado alguien poco recomendable, más vale evitarlos y las gesticulaciones no ahorrarán la conflictividad social si no llega la recuperación económica.
Los españoles escogieron paz a cambio de justicia y vemos como el olvido está llegando a cosas demasiado serias
Los desahogos del PSOE ponen en bandeja al PP criticar sin sonrojarse la radicalidad socialista cuando la derecha española tiene tantos cursillos de urbanidad democrática pendientes.
Lo nuestro es cada día más un problema de desfachatez. Los españoles escogieron paz a cambio de justicia y con los años, vemos como el olvido está llegando a cosas tan serias como el pacto de la Transición, que se pone en duda. Cataluña y el Estatuto son un ejemplo.
El Tribunal Constitucional dilata una sentencia con un evidente contenido político mientras diluye su prestigio por las presiones y por las dudas razonables sobre la independencia de sus magistrados.
Un tercio de sus miembros deberían haber sido sustituidos hace un año y hay una vacante por fallecimiento por cubrir desde hace 15 meses. El PP, que renovó a su antojo cuando gobernaba, obstruye ahora una renovación con posiciones maximalistas, mientras que Zapatero demuestra debilidad en el ejercicio de la crudeza del poder. Las decisiones de Carlos Dívar, al frente del CGPJ, podrían haberle facilitado el aterrizaje a la cruda realidad, pero no parece probable. La conclusión es que la independencia del tribunal está en duda y tampoco está clara una solución política para una cuestión fundamental. Ni independencia judicial incuestionable ni habilidad política de aquellos que votaron el Estatuto.
El texto es un acuerdo del Parlamento de Cataluña, aprobado por las Cortes y en referéndum por los ciudadanos de Cataluña. Una renovación del pacto político con España, que si el Constitucional diluye dejará moribundo el pacto de la Transición y las vías de encaje de Cataluña en España. El TC puede crear tantos independentistas, que Arenys se quedará pequeño.
Hará el resto nuestra tendencia a la soflama y la jarana colectiva o como ya lo definió Unamuno: el disfrute del Aplec de la protesta, que se alimenta de la realidad nacional pero también de la torpeza del Estado. ¿En qué consiste la habilidad política si no se evita que el abogado del Estado en el caso de Arenys sea un ex candidato de la Falange por Tarragona en las autonómicas de 1995 y en las generales de 1996 por Barcelona? Jorge Buxadé debió de estudiar mucho en sus oposiciones, pero no tiene el perfil más templado posible para representar al Estado democrático en un tema como éste.
La decisión que el juez tomó ayer de mantener la suspensión de la autorización al Ayuntamiento de Arenys de Munt de celebrar un referéndum sobre la autodeterminación se ajusta a legalidad visto que la ley de consultas está en el limbo de la tramitación. Para caldear los ánimos, la prohibición del referéndum va acompañada de una decisión del TSJC de permitir la protesta de Falange. El referéndum se animará, probablemente arrastre a otras poblaciones y Falange revivirá un ratito de gloria. Animada combinación para la Diada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Carlos Dívar Blanco
- Baltasar Garzón
- Leire Pajín
- FE JONS
- Arenys de Mar
- Tribunal Constitucional
- Opinión
- Alfonso Guerra
- Bibiana Aído
- Orden público
- Provincia Barcelona
- Organismos judiciales
- Seguridad ciudadana
- Franquismo
- PSOE
- Estatutos Autonomía
- Protestas sociales
- Tribunales
- Estatutos
- Malestar social
- Cataluña
- Ultraderecha
- Poder judicial
- Ayuntamientos
- Política autonómica