"Piqué es el primer centrocampista"

La goleada (5-0) de España a Bélgica dejó un excelente sabor de boca por el juego desplegado y tuvo un protagonista inesperado. Gerard Piqué, el irreverente central del Barcelona, hizo la competencia a Xavi en su propio terreno: la creación del juego. El centrocampista azulgrana, responsable habitual de la mayoría de los pases del equipo en que actúe, ya sea el Barça o La Roja, fue superado por el defensa repescado el verano pasado del Manchester United. Mientras el mejor jugador de la Eurocopa de Austria y Suiza 2008 repartía 87 envíos, de los que 78 llegaron a su destinatario, Piqué lo intentó en 93 ocasiones, de las que sólo falló seis. Unas cifras muy por encima de las de otros ilustres como Busquets (81 / 71), Cesc (31 / 22 en 24 minutos) y Xabi Alonso (82 / 71). "Pues sí que es una barbaridad, sí", asiente Vicente del Bosque mientras estudia los datos antes de intentar certificar mañana, en Mérida, la clasificación para el Mundial de Suráfrica ante Estonia. "Lo habitual en un defensa es que dé 50 o 60 pases... Los números de Piqué son más propios de un centrocampista", continúa, encantado con la sorpresa, el seleccionador.

"Casillas saca en corto para que los centrales den paso a los medios", explica Del Bosque

"En el Barça no basta con robar el balón o ir bien de cabeza", afirma Piqué

"Pues a mí no me sorprende tanto", interviene Cesc camino del gimnasio tras la acalorada sesión matutina de ayer en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. "Conozco a Piqué desde pequeños y siempre ha destacado por sacar con autoridad el balón. De algún modo, asume que es el primer centrocampista del grupo, algo habitual en los equipos ofensivos, como es el caso del Barça", observa el centrocampista del Arsenal.

"Con la selección, que domina tanto la posesión del balón, los centrales participamos bastante en la elaboración del juego. Empezamos siempre desde atrás. De ahí, quizá, esos números", explica el propio Piqué, que con España aplica las lecciones que ha aprendido con Pep Guardiola. "En el Barça no te basta con robar el balón o ir bien de cabeza. ¡En ningún equipo un central ataca más que con nosotros! Pero me gusta esa filosofía", alega el tallo de 1,92 metros. "Aun así, lo que le hizo a los pobres belgas es muy raro. Desde el banquillo se le veía fino, fino", le ensalza Cazorla, siempre con la sonrisa a cuestas.

Más comedido, Senna cree saber por qué Piqué se prodigó tanto en el reparto del esférico. "¡Muy sencillo! Porque nos costó meterles el primer gol. Eso hizo que el equipo se prodigara con paciencia, tocando, abriendo espacios, buscando el hueco... Así terminaron llegando el resto de los goles en el segundo tiempo. ¿Pero qué habría pasado si hubiéramos llegado al descanso ya con 5-0? No se habría empujado lo mismo", analiza el pivote de São Paulo. "De haber solucionado antes el encuentro, quizá Riazor no habría presenciado un hecho tan insólito", apostilla el jugador del Villarreal.

"Piqué se benefició de que Casillas procura sacar en corto para que los centrales den paso al balón a la siguiente línea", argumenta Del Bosque, al que no le gusta que se rife la pelota por el aire. "También le vino de perlas que su compañero en el eje de la defensa fuese Puyol. Se nota que se conocen y, además, tienen una calidad... Que toquen, que toquen el balón. No lo perderán nunca", cuenta Capdevila.

Sin embargo, Puyol entró en escena mucho menos, con 55 pases, de los que casi la mitad (21) fueron a su colega del Barça. Mientras tanto, Piqué conectó especialmente con Silva, al que asistió en 16 ocasiones, Xavi (15), Arbeloa y Busquets (12). "Siempre está muy pendiente de nosotros para echarnos una mano, para ayudarnos a salir de la presión. Además, es sobresaliente en el cambio de orientación", afirma Busi. "Y por su capacidad para marcar", puntualiza Cesc. "No siempre el gol es cosa de delanteros", piensa Piqué, que anotó el tercero contra Bélgica. "Con él ayudé a sentenciar el partido. Es bonito que un central se incorpore al ataque, ¿verdad?", concluye el defensa que por una noche hizo sombra a Xavi. Nada más y nada menos.