El cuplé político
Dice Damià Barbany que las canciones de Manuel Vázquez Montalbán son lo menos conocido de su obra. Seguramente. Pero el público madrileño mayor de 40 años se sorprenderá al reconocer muchas de las 16 que se interpretan en este cabaré zumbón, bien porque algunas fueron musicadas por Luis Eduardo Aute para el grupo Tábano, bien porque se las escuchamos a Guillermina Motta en Televisión Española, durante el tardofranquismo.
Son irónicas, rítmicas y pegadizas. Combinan buen humor y mala uva. Algunas cuentan historias, como las coplas de León, Valerio y Quiroga que tanto gustaban a su autor; otras son satíricas y surreales. Todas acarician el oído y mueven al pensamiento crítico. Tienen gancho: gancho de izquierdas.
Groucho me enseñó su camiseta
De Manuel Vázquez Montalbán. Dramaturgia y dirección: Damià Barbany.
Dirección musical: Manuel Gas.
Teatro Español, sala pequeña. Del 3 de septiembre al 4 de octubre.
Groucho me enseñó su camiseta, título del espectáculo, lo es también de una de estas canciones con halo y humus. Son primas carnales de las del estadounidense Tom Lehrer, cínicas y corrosivas, o las de la argentina María Elena Walsh, dinamitera disfrazada de hada madrina. Están al cabo del cancionero: tienen un aroma popular, que no pop.
Barbany ha extremado su selección, entretejida con textos autobiográficos y ensayísticos del propio Vázquez Montalbán, y la ha puesto en boca de tres intérpretes con carácter, muy diferentes entre sí. El temperamento cáustico de Teresa Vallicrosa, la más dramática, le va de perlas a Lockout matrimonial y a El oasis catalán, canciones extraídas de Flor de Nit, musical que el autor de Crónica sentimental de España dedicó a la memoria de La Bella Dorita y a la época dorada del Paralelo.
Miranda Gas, de 24 añitos, es la sorpresa de la función. Cuando tenía 15 hizo un papel discreto en A Little Night Music, de Sonheim, musical dirigido por Mario Gas, su padre. Ahora está graciosa, pícara y dueña de una voz poderosa en Aquellos tiempos del cuplé y en el Jamás olvidaré al hombre que quiso ponerme un piso. Lleva cinco años cantando con el grupo Xazzar, y se la ve en su salsa. Mónica López, tercera en discordia, la más teatral y juncal, borda una interpretación seca y sin truco del tango Lo más profundo es la piel. Hacía tiempo que no me gustaba tanto como aquí, en todo momento. Manuel Gas, Sergio Bienzobas, Paco García y Fernando López, los músicos, tienen swing y se prestan a algún juego con las actrices.
El público del estreno se volcó con este espectáculo ameno, ligero en el buen sentido y agradecido.
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