Hugh Laurie: "Soy un alma simple"
El doctor House da las recetas para la nueva temporada de la serie
Relajación. Repetición. Innovación. Esos son los tres consejos de Hugh Laurie para sobrevivir a la que ya siente como la mejor temporada de la serie House. Innovación porque como asegura la estrella británica la sexta temporada (que se emitirá en Cuatro y en Fox de lunes a viernes) se iniciará de un modo inusual. "No hay plan alguno. Arrancamos con un especial de dos horas en el que House está ingresado en una institución psiquiátrica y a partir de ahí los guionistas sólo llevan un par de semanas de ventaja a la producción", bosqueja el actor de 50 años que se encarga de dar vida a este médico tan brillante como temperamental, retorcido y juguetón.
La repetición viene de la mano de Jesse Spencer y Jennifer Morrison, los doctores Robert Chase y Allison Cameron, que tras varias temporadas en un segundo plano regresan a formar parte del equipo oficial del médico para suplir en la medida de lo posible sus ausencias. "Ya sabes, una mezcla fascinante de lo viejo y lo nuevo", apostilla Laurie.
"A veces me pesa enfrentarme en cada episodio con la muerte, el dolor..."
Y relajación porque es como el actor se toma la vida, su trabajo y su éxito. "No soy un gran existencialista. Ni de los que planifican una carrera. Vivo día a día, semana a semana, trabajando a cada paso. Es así de simple. Soy un alma simple", se describe.
Al actor no se le escapa la ironía de su éxito. Nunca tuvo sueños de estrella y contaba con una carrera sólida en Inglaterra como cómico aunque para el gran público era ese gran desconocido. Eso hasta que hace seis años y de manera más bien fortuita el director Bryan Singer, productor de la serie junto con su creador David Shore, llamó a su puerta con esa mezcla de Sherlock Holmes metido a médico que es el doctor Gregory House. Seis años más tarde, en el umbral de que comience en EE UU la sexta temporada de House, Laurie defiende su cuarta candidatura al premio Emmy de televisión con dos Globos de Oro debajo del brazo.
Y en cuestión de audiencia, House es considerada la serie más vista del mundo con 81,8 millones de espectadores en 66 países. "La ironía es que en mis comienzos como actor la gente normal trabajaba en un banco para tener una estabilidad laboral y esto del cine era jugártelo a los dados. Ahora he oído que la duración media de un trabajo fijo en EE UU es de tres años y medio. Eso en banca o vendiendo seguros. Y yo ya llevo seis con la misma serie", exclama maravillado con su suerte. Y añade con humor: "Llevo haciendo de médico lo que por lo general te lleva graduarte como médico".
No hay que esperar un cambio de profesión por parte de Laurie. Como mucho la posibilidad de dirigir alguno de los episodios que vienen, algo que está considerando. "Pero eso impediría que me quejara por todo y es algo que me encanta hacer todo el día", comenta de buen humor.
La quinta temporada fue dura. En total 24 episodios de un programa con elementos serializados aunque su esquema es "procedural", con un caso médico cada semana. Una temporada que dejó al doctor House confuso, ingresado por propia voluntad en un centro psiquiátrico por culpa de su adicción a los analgésicos. O tal vez por la volatilidad y brillantez de su cerebro. Porque como asegura el actor, en House los personajes no son blanco y negro y menos el suyo. "A David Shore no le gusta simplificar así que nunca habrá una única solución a quién es House. Y mejor, porque si hubiera una resolución sería el fin de la serie y mi vuelta a Inglaterra. A la lluvia", se ríe.
Vamos, que en la sexta temporada el doctor Gregory House seguirá siendo un bicho raro y genial en un ambiente más sórdido que el hospital Princenton-Plainsboro. "En ocasiones sí que me pesa enfrentarme en cada episodio con temas como la muerte, el dolor, la enfermedad", apunta Laurie. Aunque ahora estará rodeado de nuevos actores como la actriz alemana Franka Potente con quien House mantendrá "una relación muy, muy dulce".
Una temporada más corta, sólo 22 episodios, que tiene a Laurie encantado aunque sea un duro golpe para los seguidores. "Parece que no, pero casi nos da el doble de tiempo libre", afirma ilusionado de esa ventana que quizá le permita disfrutar de una vida más allá de House. Aunque sea para hacer cosas normales. "Me he olvidado de cómo leer. Volver a tocar el piano. Pasear al perro", describe de su vida, que también incluye sus lecciones de boxeo y su adorada moto.
Pero no hay prisa alguna por alejarse de House. "Es que sigo estando seguro de que algunos de los momentos de House, sus guiones, sus ideas, son tan buenos como lo mejor que ves en la pantalla. Grande o pequeña", resume alguien que puestos a ver televisión es un devoto seguidor de Padre de familia y el show de Jon Stewart.
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