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Trabajar bajo la dictadura de Helios

Los sindicatos piden la jornada continua en la obra para evitar golpes de calor

Cobijado en una especie de toldo de plástico negro instalado entre la pared y el suelo, un obrero que a media mañana trabaja bajo el inmisericorde sol de agosto en la restauración de diversas zonas del castillo de Santa Bárbara de Alicante busca un poco de sombra mientras mezcla cemento. Explica que es a partir de esa hora, las 11.00, cuando el calor empieza a apretar. El antídoto: "Agua y parar a ratos". A pocos metros, su compañero Santos, subido en un andamio porque está "rejuntando piedras" en una pared del recinto amurallado, coincide en la forma de superar las elevadas temperaturas en el tajo. "Cuando siento calor bajo y bebo agua", resume escueto, sin dejar de atender su trabajo, y mientras los turistas no dejan de pasar a su espalda o en su recorrido por el emblemático castillo.

"Los veranos son complicados, y éste aún más por las altas temperaturas"

Y a no mucha distancia, en la playa de El Postiguet cientos de cuerpos se tuestan al sol. Hay quien busca el sol y quien no puede eludirlo. Y sin entrar a cifrar la evolución de visitantes, es más claro que este año hay muchos más de los segundos, ya que las obras del llamado Plan Zapatero disparan los trabajos de obra civil en todas las poblaciones. Y Alicante no es una excepción. Obreros que, estas semanas, conviven con temperaturas superiores a los 35º C tratando de evitar un golpe de calor.

"Les hemos dicho que hagan paradas cada media hora o cuando lo necesiten, y lo hacen", explica el técnico de prevención de la obra en la que trabaja Santos. Una recomendación especialmente útil este año. "Todos los veranos son complicados, pero este lo estamos notando más por las altas temperaturas", asegura José Hurtado, de la federación de la construcción (Fecoma) de CC OO en L'Alacantí-Les Marines.

"Ya me gustaría a mí que todas las obras fueran así", añade Hurtado, quien, tras esta visita, deja claro que los principales problemas en materia de seguridad suelen darse con la obra privada, donde las medidas y las recomendaciones se asumen con más laxitud.

Fecoma ha puesto en marcha este verano una campaña para prevenir los golpes de calor en la obra. Y es que, aunque los efectos en los trabajadores son muy difíciles de acotar en cifras de afectados, haberlos haylos, como las meigas.

El año pasado se registraron diez ingresos hospitalarios en la Comunidad Valenciana por golpes de calor, de los cuales dos fallecieron, según la Consejería de Sanidad. Y este verano, hasta el pasado 19 de agosto, los ingresos sumaron ocho (tres de ellos laborales), un trabajador falleció en Valencia y un segundo obrero estuvo en coma en Alicante, aunque su situación ha mejorado y en la actualidad se está recuperando.

Los sindicatos están convencidos de que la casuística es mucho mayor. Hurtado menciona la sospecha de que "algunos" de los accidentes del verano en la obra son motivados realmente por golpes de calor.

Como sea, admite también que "la estadística" es complicada porque muchos trabajadores cuando se sienten mal acuden al médico sin vincular los síntomas al trabajo. Otros temen hacerlo "por miedo a despidos", agrega.

CC OO y UGT reclaman sin éxito de momento que cuando los mercurios se disparen los trabajadores de la construcción valenciana pueden hacer jornada continua, una petición que de momento ha cuajado en Andalucía. "Me preocupo de que no les falte agua y que tengan área de descanso de sombra", defiende como mínimo Manuel Jover, secretario general del metal, construcción y afines de UGT en L'Alacantí.

Por otro lado, y aunque hay cierto acuerdo en que es "la construcción es la que más sufre el calor", no es la única a la que golpean de lleno las inclemencias meteorológicas.

El sector agrario o los servicios de limpieza urbana se encuentran entre los que también lidian con el calor cada jornada. Y como en cada sector hay cierto margen de actuación, en la ciudad de Alicante, por ejemplo, el servicio de limpieza adelanta en verano hora y media su jornada laboral para reducir el riesgo de que sus trabajadores sufran un golpe de calor.

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