Un restaurante 'antipandemia'

Con la llegada del otoño y la bajada de las temperaturas se prevé que los contagios de la gripe A se disparen. Lo dicen la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Ministerio de Sanidad y la Consejería de la Comunidad de Madrid. Hasta el Colegio de Médicos tiene colgado un cartel en su fachada para evitar que la gente se besuquee en las esquinas. El caso es convencer al personal de que se debe actuar para prevenir posibles contagios del virus.

Pero lo cierto es que hasta la fecha, los avisos no han surtido un efecto abrumador, y la mayoría de los mortales mantiene sus sanas costumbres (que ahora resulta que ya no son tan sanas). Así que alguien tenía que dar el primer paso.

Por eso existe gente como Cipri Quintas. Este empresario madrileño ha decidido convertir su restaurante Silk & Soya, en la Moraleja (Alcobendas), en el que, según asegura, será el primero del mundo en contar con un protocolo de actuación para impedir el contagio del virus H1N1.

El protocolo, que se presentará mañana ante representantes de la Organización Mundial del Turismo y de la OMS, según afirma el empresario, es bastante sencillo. Incluye medidas de higienización de objetos, como el recambio de la plastificación de los menús para cada nuevo comensal; la limpieza exhaustiva de mesas y espacios; el control sanitario y la formación de los trabajadores, a los que se les pondrá el termómetro al entrar a trabajar y se vigilará su higiene personal.

También contempla algunas medidas llamativas como la apertura de las ventanas del inmenso local para lograr una corriente de aire continua, la separación de un metro entre las mesas para evitar contagios con los otros clientes, o la supresión de puertas en los baños "para evitar el contacto del picaporte con las manos", explica Cipri.

Andreu Raya, socio director de la empresa eXCellennium, es quien ha creado el protocolo para este negocio. "El trabajo lo han realizado expertos en sanidad, en seguridad alimentaria y un comité de creación normativa. Se han basado en las indicaciones de las instituciones sanitarias oficiales", asegura.

Cipri sostiene que hace esto "para ser un ejemplo a seguir para los restauradores de todo el mundo". Cuenta que ya ha sido protagonista de duras campañas contra el consumo de alcohol y drogas pese a que era dueño de varias discotecas "durante la época del bacalao". Tan en serio se lo tomó, que este fundador de la Junta Directiva de la Asociación de Empresarios por la Calidad del Ocio puede presumir de premios como el de Ciudadano Ejemplar de Alcobendas 2002, o al de Cruz Roja en 1995.

Ayer, los trabajadores preparaban este restaurante tan precavido. Ahora sólo queda ver qué opinan los expertos internacionales cuando entren en los saludables baños sin puertas.