Promiscuo Johnnie To

Por suerte para sus seguidores, el hongkonés Johnnie To ha bajado su ritmo de producción. Desde que comenzó a finales de los ochenta, To ha dirigido más de 50 películas, con años como 1993, cuando realizó cuatro, marca que repitió en 2001.

Cineasta amante del thriller, de retratar las triadas -las mafias chinas- con todo lujo de detalles, y a la policía con todas sus miserias, To es amado e idolatrado en certámenes como Sitges, que han ido empujando para que en la cartelera española se estrenaran algunos de sus mejores trabajos como Election -y su continuación-, o Breaking news.

El Pequeño Cine Estudio (Magallanes, 1), que está dando algo de sal y pimienta a la veraniega y plúmbea cartelera madrileña -Lars von Trier aparte-, proyecta Mad detective (2007), en la que To da una vuelta de tuerca a su faceta más alambicada. Y cuando se pone, se pone. Aun así, dibuja un protagonista impagable. El director hace creíble un policía que se pone en la piel y en la mente de sus víctimas, que discute con el fantasma de su mujer o que le entrega su oreja como regalo de jubilación a su admirado jefe. Mientras, sigue con sus casos, porque el agente de la ley persigue a un atracador enmascarado y armado. Y To disfruta con él, le observa cámara en mano y hace que el público recuerde porqué el estilo made in Hong Kong triunfa en Hollywood.