Historias de jardines y jardineras
Un supuesto interés por la jardinería parece abrirse en la árida España. ¿Quién no ama la música o los jardines? Y, sin embargo, qué pocos españoles se molestan en leer sobre estos temas que dicen adorar. Esta apatía se refleja en una anémica producción editorial y en el escaso eco que tienen entre nosotros los libros de teoría de ambas artes, sobre todo si comparamos la producción y edición de libros sobre jardinería en España con la de cualquier país de la Europa a la que supuestamente pertenecemos.
En 2000, la editorial inglesa de best sellers Phaidon lanzó un libro titulado The green book en el que aparecen, ordenadas alfabéticamente, 500 fichas sobre jardines, desde la antigüedad hasta la más rabiosa posmodernidad, a razón de un jardín por página. Ahora, esta editorial, aprovechando el éxito mundial de aquella publicación, lanza en español una selección de cien jardines ingleses, cambiando mínimamente el diseño original y ordenando éstos cronológicamente. Surge así un libro conciso y eficaz que puede ser un buen comienzo para introducirse en el mundo de los jardines, sobre todo gracias al apoyo de unas fotografías muy sugerentes. La selección abarca jardines diseñados por los primeros paisajistas ingleses como William Kent y Capability Brown, las terrazas plantadas de Harewood House, de finales del siglo XIX, las creaciones modernistas y los diseños contemporáneos de diseñadores como Beth Chatto o David Hicks.
Jardines ingleses
Varios autores
Phaidon. Londres, 2009
112 páginas. 19,95 euros
Las mujeres que aman las plantas
Claudia Lanfranconi y Sabine Frank
Tradución de María José Díez Pérez
Maeva. Madrid, 2009
152 páginas. 29,50 euros
Sin embargo, los textos que acompañan a cada fotografía son muy sucintos y se echa de menos algún ensayo previo o un simple texto de introducción que ayude al lector a comprender qué tienen de particular los jardines ingleses y cuáles son sus características esenciales.
Si resulta un tópico unir la idea de jardín a la cultura inglesa, sobre todo a partir del siglo XVIII, no lo es menos unir el mundo de las flores con la feminidad y, por extensión, el jardín con la mujer. Éste es el tema de otro libro sobre jardines aparecido recientemente: Las mujeres que aman las plantas. A pesar de que el título y una excesiva impostación en el diseño gráfico puedan hacer pensar que se trata de un libro ñoño para quien no sabe qué regalar en un cumpleaños, los textos de Claudia Lanfranconi y Sabine Frank tienen su interés y, de forma amena, introducen al lector en el mundo de la jardinería, eso sí, por medio de aquellos jardines en los que de alguna manera han intervenido mujeres. Entre ellas, Catalina de Medicis, la duquesa de Osuna o las escritoras Vita Sackville-West, Beatrix Potter y Colette.
Aunque cada capítulo está condicionado por la presentación de cinco o seis mujeres que han tenido o creado algún jardín, no se trata de un conjunto de biografías o de cotilleos sobre ellas, por más que se recurra a las anécdotas, ya que, por medio de los nombres de estas mujeres se muestra la evolución de las ideas jardineras y se ofrecen datos sobre la construcción de algunos de los jardines y parques más emblemáticos del mundo.
La relación de la mujer con el jardín, tópicos aparte, no ha sido fácil ni directa. En este libro se describen los jardines encargados por reinas, regentes y nobles, se narran las peripecias de las primeras profesionales de la jardinería, se comentan las relaciones de artistas y escritoras con el jardín y se glosa la abnegación de las propietarias que decidieron transformar sus fincas en jardines. -
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