Locarno premia una visión de la China de hoy

Las predicciones de los especialistas parecen haber fallado este año en la Piazza Grande. Contra las principales apuestas, la película que se alzó ayer con el Leopardo de Oro, máximo galardón del histórico festival suizo, fue She, a chinese, coproducción entre Alemania, Francia y Reino Unido dirigida por la realizadora china Xiaolu Guo, de 36 años.

La película narra la historia de Mei, una joven provinciana china que decide dar el salto a la gran ciudad para descubrir que la vida urbana puede ser tanto o más dura que la que deja detrás. Tras el encuentro con un mafioso que da un giro radical a la historia, Mei termina viviendo en Londres e intentando mejorar su vida.

Después de anunciarse el galardón, Guo afirmó que con su filme intenta "dar voz a una nueva generación de la China moderna". Según la realizadora, que nació en el campo y vive actualmente en Londres, como la protagonista de su trabajo, "la historia de Mei está aún por escribirse, al igual que lo está el futuro de China hoy".

Este año no ha habido galardón alguno para representantes latinoamericanos, que permitiera seguir la estela de la pasada edición, cuando el vencedor fue el realizador hispanomexicano Enrique Rivero, con Parque Vía.

El premio especial del jurado correspondió a la película rusa Buben.Baraban, de Alexéi Mizguirev, quien recibió igualmente el trofeo al mejor director. La mejor actriz fue la holandesa Lotte Verbeek y el premio al mejor actor fue a parar a manos del griego Antonis Kafetzopoulos, por la hilarante comedia Academia Platonos, que trata de manera irreverente temas como la inmigración y la xenofobia.

Una línea árida

Como ya viene siendo habitual, Locarno ha visto un año más recrudecerse la polémica entre los partidarios de un cine "popular y de calidad", representados por el responsable del cine del Gobierno suizo, Nicolas Bideau, y la línea dura e irreductible de la presidencia, encarnada en el incombustible Marco Solari, quien siempre ha dado preferencia en su festival a la cinematografía más árida y menos comercial.

Ésta es la última edición dirigida por el suizo Frédéric Maire, quien pasa la batuta al francés Olivier Père, fogueado en el Festival de Cannes, donde se ha ocupado de la sección Quincena de los Realizadores.