Caso práctico frente a la crisis
La Escuela de Finanzas Aplicadas ha cumplido 15 años
Los bancos necesitan reducir sus plantillas. No es buen momento para buscar trabajo. Y menos en finanzas. Pero Sara García, de 23 años, lo ha hallado. Antes incluso de acabar su formación tenía una oferta para trabajar en Banesto. Sara ha cursado este año el máster de Finanzas Cuantitativas en la Escuela de Finanzas Aplicadas (EFA), un centro de formación financiero que en los 15 años que lleva en marcha se ha convertido en un centro de referencia.
"Hay entidades que buscan Afi's [la EFA forma parte del grupo Analistas Financieros Internacionales]. Identifican a nuestros alumnos con una destreza concreta", afirma Alfonso García Mora, director de uno de los dos másteres que imparte la escuela.
El primero de ellos es con el que nació allá por 1994: el máster de Banca y Finanzas. Dos años después llegó el de Finanzas Cuantitativas.
Desde sus inicios la EFA ha crecido. Por sus aulas han pasado ya más de 800 profesionales. Los dos másteres que imparte son el mascarón de proa de la escuela financiera, pero también da más de 30 cursos y otros dos másteres executive, esto es para entidades que quieren formación para sus empleados. En total, más de 5.000 horas anuales de formación.
Si alguien puede hablar del centro con autoridad es Juan Cebrián, de 36 años. Cursó los dos. Luego impartió clase. Ahora es el director de métodos y modelos de riesgos de La Caixa. "La opción que te da el máster es que te permite tocar el sistema financiero", describe en referencia a la formación práctica que se imparte en la EFA.
La crisis ha puesto esto a prueba. Y en la escuela han tenido que trabajar para adaptarse a una realidad que ha puesto en tela de juicio todos los dogmas financieros. "Ha sido un gigantesco caso práctico. Paradigmas concretos se han ido al garete. Pero ha afectado más a los fundamentos que al resultado final", explica José Luis Fernández, director del máster de Finanzas Cuantitativas. Con esta frase, Fernández trata de poner en valor lo que considera el mayor activo de la formación en la EFA, que la imparten profesionales en contacto directo con la realidad financiera.
El descrédito que ha llevado la crisis al sistema financiero no se ha notado en el número de solicitudes que llegan cada año a la ventanilla de la EFA. Y el precio, entre 15.000 y 17.000 euros, no desanima a los aspirantes, que cuentan con becas tanto por parte de AFI como de entidades financieras. El ratio de solicitudes de ingreso (dos alumnos por cada plaza, unas 30 en cada máster) se mantiene. No en vano, según explica García Mora, "hasta este año casi el ciento por ciento de los alumnos tenían trabajo antes de acabar el curso". El perfil de los alumnos que llegan suele ser el de recién licenciados en económicas, ingeniería, física o matemáticas, y apenas un tercio tiene experiencia profesional previa.
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