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Rusia promete 350 millones para la defensa de Abjazia

El Kremlin amplía los motivos de intervención exterior del Ejército

El primer ministro ruso, Vladímir Putin, viajó ayer a Abjazia para dar un impulso a las relaciones con esa región separatista, cuya independencia el Kremlin reconoció junto a la de Osetia del Sur el año pasado después de la guerra de cinco días con Georgia. La visita de Putin y sus promesas de ayuda financiera para garantizar la seguridad de Abjazia han irritado al régimen de Tbilisi, que las calificó de provocación, al igual que irritó a Kiev el furioso mensaje del presidente ruso, Dmitri Medvédev, a su colega ucranio, Víktor Yúshenko, el día anterior.

"El año próximo enviaremos grandes sumas de dinero -unos 15.000 millones de rublos [350 millones de euros]- para resolver las cuestiones de seguridad, es decir, para construir la frontera estatal de Abjazia, y para nuestra base militar", dijo Putin. El anuncio de Putin irritó a Georgia y fue condenado por Reino Unido.

Rusia, señaló el jefe de Gobierno, ha dado "este año cerca de 2.500 millones de rublos [unos 60 millones de euros] para apoyar el presupuesto abjazo, y el año próximo la suma será del mismo orden". Además, continuará sus ayudas sociales. Ya antes de la guerra de agosto de 2008, Moscú había repartido pasaportes rusos entre los abjazos y los surosetios.

Putin resaltó el papel de Abjazia como destino turístico para los rusos y dijo que Moscú y Sujum han preparado cerca de 40 acuerdos en diferentes esferas. Además de los que se refieren a la colaboración militar, destaca una serie de proyectos de infraestructura, como son la construcción de caminos y puentes, la reparación de la vía férrea entre Sochi y Sujumi, y la organización del transporte marítimo regular entre ambas ciudades.

Aunque no descartó que Georgia pueda intentar nuevos ataques contra Abjazia y Osetia del Sur, Putin se mostró convencido de que, de concretarse, estarán condenados al fracaso. "Si algo deberían haber aprendido de los acontecimientos de agosto del año pasado, es que hablar desde posiciones de fuerza carece de perspectivas", señaló.

Precisamente para estar preparados para la repetición de lo que ocurrió hace un año, Medvédev ha enviado al Parlamento un proyecto que modifica la ley de uso de las fuerzas armadas en el extranjero, que en la actualidad sólo pueden actuar en principio para la defensa de su propio territorio o en misiones internacionales. El documento amplía sustancialmente los lugares en los que puede intervenir: en caso de ataque contra tropas rusas desplazadas en el extranjero, para rechazar o impedir la agresión contra otro país, para defender a los ciudadanos rusos en el extranjero y para combatir la piratería. La nueva ley, que no tendrá problemas en ser aprobada ya que el Kremlin controla ambas cámaras, permitirá a Rusia intervenir prácticamente en cualquier país.

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Así, el prestigioso diario Kommersant escribe que amparándose en el punto que le permite enviar tropas para impedir el ataque contra otro Estado, el Kremlin podría intervenir, por ejemplo, "en el conflicto armado que está madurando en América Latina entre nuestra amiga Venezuela y Colombia". O en Ucrania, si "intentan apropiarse de instalaciones de la flota del Mar Negro", cuya sede está en Crimea.

No en vano un parlamentario del vecino país eslavo comentó que no es casual que la andanada lanzada por Medvédev contra Yúshenko coincidiera con la presentación del citado proyecto de ley. El martes, en un hecho sin precedentes, Medvédev hizo público un mensaje que envió a su colega ucranio y en el que le acusa de aplicar una política antirrusa. Furioso, le recrimina a Yúshenko de todo: que éste apoyara a Georgia en la guerra del año pasado y que, antes, armara al régimen de Mijaíl Saakashvili; que empuje a Ucrania a la OTAN; que esté destruyendo las relaciones económicas entre ambos países; que obstaculice las actividades de la flota del Mar Negro, y que esté expulsando al idioma ruso de la vida pública ucrania.

Por todo ello, Medvédev anunció la suspensión del envío de su nuevo embajador a Kiev. Su arremetida fue interpretada por muchos en Ucrania como el deseo de influir en las próximas elecciones presidenciales, en enero de 2010.

El primer ministro ruso, Vladímir Putin, saluda a un sacerdote ortodoxo durante su visita a Sujumi.
El primer ministro ruso, Vladímir Putin, saluda a un sacerdote ortodoxo durante su visita a Sujumi.AFP

Más atribuciones para los militares

El Ejército ruso sólo puede actuar ahora para la defensa de su propio territorio. Con la nueva ley que el Kremlin ha enviado al Parlamento, se amplían los lugares y los casos en los que puede intervenir:

- En caso de ataque contra tropas rusas desplazadas en el extranjero.

- Para rechazar o impedir la agresión contra un aliado.

- Para defender a los ciudadanos rusos en el extranjero.

- Para combatir la piratería.

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