Paciente grave con pronóstico reservado
La canción del verano ya no es lo que era, aunque este año sobrevivirá
Hace unos días al grupo Sidonie, con nuevo disco a la vuelta de la esquina, le cogía un ataque de sinceridad. "Odiamos la canción del anuncio de Estrella Damm. La de Tonight, tonight. ¡La odiamos! ¡No podemos con ella!". Hay buenas y malas noticias para el trío catalán. La mala es que Summercat, de Billie the Vision and The Dancers, que es como en realidad se llama la canción compuesta por un grupo -¡atención!- sueco, es uno de los temas de este verano. La buena noticia es que no está sonando tanto como en su momento lo hizo King África y su Bomba. En otras palabras: el paciente (la canción del verano) está grave, pero este año sobrevivirá.
Y sobrevivirá un poco por casualidad. La gran novedad del verano de 2009, tras la sequía del de 2008, es que actualmente no se producen canciones especialmente para el verano. Sino que son canciones que han sonado durante todo el año y, por asuntos de promoción o de casualidad, suenan más en estos meses de calor.
Ya no se producen melodías 'ad hoc'; las que triunfan es por casualidad
Ha desaparecido la radiofórmula clásica y la publicidad es la que marca la pauta
Para entenderlo basta con conocer la historia de Summercat. La cuenta Federico Segarra, jefe de comunicación del grupo Damm, responsable del anuncio. "Es una canción de un grupo casi amateur y alternativo sueco compuesta en 2004. En la agencia de comunicación, a la que se le encargó en enero y febrero la campaña, buscaron canciones con la palabra summer [verano] y apareció ésta. A todos nos gustó". Ahora es una de las canciones más descargadas en iTunes y en la web oficial de la marca de cerveza. El grupo sueco, claro, está alucinado con su tardío y seguramente efímero éxito en España. Pero hay que aprovechar el momento: en septiembre harán una gira por nuestro país. "Lo que sí teníamos claro es que nuestro objetivo no era crear la canción del verano, como sí fue nuestro ánimo durante los años noventa", continúa Segarra, que reconoce que los resultados económicos de la campaña no se verán claros hasta octubre. "Ahora simplemente buscábamos una campaña fresca". La constante repetición del anuncio en televisión durante los meses de junio y julio ha hecho el resto. Algo parecido a lo que ha sucedido con la versión macarra de Como una ola, inmortalizada en su día por Rocío Jurado y otra de las contendientes televisivas al podio en cuestión.
Desde Warner, discográfica que aglutina otros tres posibles candidatos a la canción del verano (Alexa Dixon, con The boys does nothing; Carlos Baute y Marta Sánchez, con Colgado en tus manos, y los bilbaínos Zodiacs, autores de Con poco me lo monto), se asegura que no existen reuniones específicas para preparar la canción del verano. "No hay una estrategia definida", explican. "Se trata de trabajar y promocionar una canción que creemos buena antes de mayo. Si quieres tener una canción del verano, en ese mes ya debería ser un éxito". Ésa es la teoría. "En la práctica", aseguran en Warner, "si gusta o no, está en manos del público".
No siempre ha sido así en la historia reciente de la canción del verano. Según cuenta un ex trabajador de una discográfica, "en los noventa era relativamente más fácil" crear una canción del verano. "Ibas a un dj especializado en dance y si le gustaba la canción ¡plas! ¡La tenías sonando en la radio constantemente!". En 2000 mandaba Gran Hermano. Las canciones que cantaban los concursantes de televisión acababan como éxito del verano y luego editadas en discos recopilatorios con la palabra mix de apellido (Caribe, verano...). "Pero el pasar la emisión del programa a septiembre y que Operación Triunfo acabe tan tarde complica mucho que se cree un éxito de verano", explica.
En esto llegó Internet; el Amo a Laura y en 2006 el Koala y su corrá. En la aparente democracia de la Red es el público el que decide lo que suena y lo que no. Este año también ha habido fenómeno Koala: Jill y Kevin, una pareja de novios de EE UU, colgaron hace un mes un vídeo casero con una divertidísima y original entrada a la iglesia el día de su boda. Amigos y testigos lo hacían a ritmo del tema Forever, del rapero Chris Brown. El vídeo ya tiene 18 millones de visitas en Internet (busca "Chris Brown Wedding entrance" en YouTube) y Brown, pese a la acusación de maltrato a su novia, la también cantante Rihanna, vuelve a sonar este verano.
También hay vida más allá de Internet. El dj Daniel Morales, responsable de la empresa Animusic que recorre España con su maleta de discos en verbenas (en el mejor sentido de la palabra), eventos y fiestas patronales, refuerza la teoría de que este año sí hay canciones del verano: "Nada que ver con el año pasado, que arrastrábamos canciones del invierno", asegura David. "En 2009 hay 10 u 11 temas que dan bastante vidilla". Su veredicto: I know you want me, de Calle 8 -un tema ligeramente sexista de house latino mezclado con reggaeton-. Más dos canciones que se han vuelto a grabar (o remezclar) 20 años después de la original: el silbido de Verano azul, versión disco; e Infinity, de Guruh Proyect.
Federico Segarra habla en términos publicitarios de que la canción Summercat está por encima de los 20 OTH (opportunity to hear). Traducido al cristiano significa que la canción será escuchada al menos 20 veces por el público al que está dirigida la publicidad. La repetición sucesiva de estas canciones en televisión, radio (casi todas han entrado en la lista de Los 40 Principales) y politonos para el móvil ha salvado, guste o no el concepto, la canción del verano 2009. "En agosto reduciremos un poco la campaña para no cansar", explica Segarra para alivio de Sidonie. "Que guste o que cree hastío... el caso es que el efecto publicitario se ha conseguido".
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