Barcelona cuenta con 3.400 obstáculos que impiden el paso de personas con minusvalía
El 52% de las tiendas inspeccionadas tenían objetos que impedían circular
El Ayuntamiento de Barcelona detectó durante el primer semestre de este año 3.416 objetos en las aceras de la ciudad que impedían el paso de los transeúntes, especialmente de aquellos con movilidad reducida y discapacidad visual. Ése fue el resultado de la campaña municipal Vía libre a la accesibilidad, que ha tenido como objetivo detectar malas prácticas y concienciar a los comerciantes de la normativa que prohíbe colocar pizarras, macetas y otros objetos en la acera.
La campaña se realizó en zonas comerciales de todos los distritos y reveló que el 52% de los locales evaluados presentaban algún obstáculo. El presidente de ICV-EUiA y alcalde accidental, Ricard Gomà, presentó el informe y explicó que la zona con peores resultados fue la de Sarrià-Sant Gervasi, donde el 93,9% de los comercios inspeccionados incumplía la norma. Gràcia y Horta-Guinardó fueron los distritos mejor valorados: el 70% de las tiendas estaban libres de impedimentos.
Las pizarras y los atriles con anuncios -especialmente en bares y restaurantes- fueron las barreras más recurrentes, al representar más del 35% de las contabilizadas por el Ayuntamiento, y las plantas y macetas, el 21%. El resto fueron atracciones infantiles, expositores de fruta y dispensadores de propaganda. Gomà insistió en la necesidad de retirar impedimentos de la vía pública que son molestos para las personas invidentes, las que van en silla de ruedas y las que cargan con carros. La campaña de concienciación, que Gomà consideró un éxito, dado que la mayoría de los comercios advertidos retiraron los obstáculos de la vía pública, pasará en los próximos meses a una segunda fase, que contemplará aplicar las sanciones previstas en la normativa. Las multas para aquellas tiendas que coloquen objetos en la acera serán de entre 150 y 600 euros. Gomà recordó que cualquier impedimento al paso de los transeúntes está prohibido, salvo los expositores de fruta, para los que se puede pedir una licencia especial y que, en todo caso, no pueden sobresalir más de 50 centímetros hacia la calle.
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