El pasado entre las manos

Annie Leibovitz ha vivido sus 60 años de manera intensa, dedicada con pasión a la fotografía. Logró darle la vuelta al retrato con sus osadas puestas en escena y los famosos del cine, el deporte, el arte y la política se prestaron deseosos a las muestras de su talento. Pero lo que destaca en la muestra Annie Leibovitz. Vida de una fotógrafa 1990-2005, que presenta en la sala Alcalá 31 es la exhibición que hace de la parte más secreta de su existencia. Las fotos en blanco y negro de sus padres, sus hermanos y su pareja durante más de 15 años, la escritora Susan Sontag. Las simples alegrías de sentirse juntos, en familia. Las reuniones y los autorretratos de su tardío embarazo pero también el dolor y el sufrimiento de la enfermedad y la muerte, dan sentido a este despliegue inusual de las imágenes más desconocidas de su archivo personal. Cuenta la fotógrafa que, al morir Sontag, en 2005, y al poco tiempo su padre, rebuscó entre sus viejos negativos en busca de las imágenes más cercanas de ambos. Si la fotografía es la captura de un instante del presente, esta exposición, abierta hasta el 6 de septiembre, es también una expresión urgente del deseo de recuperar el pasado, el de la propia vida que se escapa.