Budd Schulberg, escritor
El autor de 'El desencantado' recibió un Oscar por 'La ley del silencio'
Budd Schulberg ganó en 1954 el Oscar al mejor guión por La ley del silencio, la película que interpretada por Marlon Brando y dirigida por Elia Kazan convertía en héroe a un chivato. La culpa y la traición, ésa era la tragedia que encerraba el largometraje, y ésa era también la tragedia que encerró la vida de Budd Schulberg.
Nacido en Nueva York en 1914, hijo del productor de la Paramount B. P. Schulberg, la biografía de este guionista quedó fatalmente marcada cuando en 1951 delató a sus compañeros del Partido Comunista ante el Comité de Actividades Antiamericanas. Con los años, sin mostrarse abiertamente arrepentido pero tampoco orgulloso, Schulberg admitía sus "sentimientos encontrados" sobre aquel espinoso asunto. En una entrevista para este periódico, en una visita a España en 2006, al preguntarle sobre cómo la tristemente famosa caza de brujas de Hollywood convirtió en proscritos a algunos de sus mejores talentos, Schulberg respondía dejando asomar la cicatriz de una herida que es una infranqueable frontera moral. "Fue terrible. La lista negra era real... ¿Qué más puedo decir?".
Niño mimado de Hollywood, vivió la era dorada de los estudios y siendo un joven guionista recibió el encargo de trabajar junto a un escritor en caída libre. Aquel hombre era F. Scott Fitzgerald y aquellas andanzas quedaron reflejadas en un libro fascinante: El desencantado, fresco impagable sobre el Hollywood de los años treinta en el que Schulberg hace un retrato tan descarnado como tierno de Manley Halliday, trasunto de un Fitzgerald que -ya en la estela del Crack up- sobrevivía en el más atroz desmoronamiento. "Nada conduce tanto al fracaso como el éxito", le dice el alcohólico escritor a su joven amigo en un libro que también evoca de manera perfecta el amor loco con Zelda: "Solíamos hacer las cosas sin pensar. Nunca planeábamos nada. ¿Vamos a un club nocturno? ¡Venga! ¿A Europa? ¡Venga! ¿A la cama? ¡Venga! ¿Nos divorciamos? ¡Venga! ¿Nos suicidamos? ¡Venga!".
Schulberg fue testigo privilegiado de una época, pero además supo contarlo. Amante del boxeo y amigo de Robert Kennedy (le acompañaba junto a otros amigos el día de su asesinato), Schulberg se crió escuchando a Charles Chaplin hablar de socialismo y viendo entrar y salir a Greta Garbo de su casa. Pero solía decir que, puesto a elegir una estrella, su favorita era Cary Grant, "por su generosidad y su humildad".
Periodista, guionista y novelista, su primer libro -¿Por qué corre Sammy?- supuso su alejamiento definitivo del Partido Comunista porque según él intentaron fiscalizar su contenido. Escribió otros guiones para grandes películas, como Más dura será la caída o Un rostro entre la multitud, pero sobre todo será recordado por La ley del silencio, la película que encerraba lo mejor y lo peor de sí mismo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.