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El PNV insiste en que es "obligado" reanudar el diálogo con ETA

Erkoreka cree que Rubalcaba "se pasa de la raya" al 'amenazar' a Batasuna

En las últimas semanas, y con redoblado empeño tras el asesinato en Mallorca de dos guardias civiles, el Gobierno repite de foro en foro un mensaje inequívoco: no volverá a haber nunca un proceso de diálogo con ETA. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se comprometió de nuevo a ello el pasado domingo y el lunes en sendas entrevistas, y dio un paso más: anunció que, aunque Batasuna condene la violencia, no será legalizada mientras la banda terrorista siga existiendo. El PNV le respondió ayer a través de su portavoz en el Congreso: el ministro, protestó Josu Erkoreka, "se ha pasado de la raya". Y el diálogo con ETA no es que sea lícito, es que es "obligado".

Durante una entrevista concedida a Radio Euskadi, el dirigente nacionalista volvió a apostar por reanudar los "contactos". El "final dialogado" del terrorismo, dijo, es el modo "más eficaz y sólido", porque es la única forma que tiene el Estado de saber si la banda deja las armas definitivamente o puede resurgir. "Cualquier otra forma de acabar con ETA siempre dejará la duda [...] Siempre nos preguntaríamos si habríamos de desarticular o no el dispositivo de seguridad, los escoltas y todo eso", argumentó Erkoreka.

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Según él, el PNV "hace muchos años que descartó la negociación política, de contenidos políticos, con ETA", pero eso es una cosa y "otra cosa son los contactos informales, discretos, que un gobierno ha de llevar a cabo con una organización terrorista con la que quiere terminar, orientados a sondear la situación". "Este tipo de contactos no es que sean lícitos, es que son obligados en un gobierno responsable", zanjó.

Pero el ministro del Interior había sido muy tajante el domingo en la Cadena SER y el lunes en Onda Cero. "La vía del diálogo se exploró ya tres veces y fracasó las tres veces porque ETA no quiso poner fin al terrorismo. Esa vía está completamente descartada, es parte de la historia". De corrido, añadió: "Esto del final dialogado se teorizó mucho, y es verdad que a priori era una buena idea [...] Pero ETA no quiere un final dialogado de esa naturaleza, pretende sencillamente alcanzar algunos de sus objetivos políticos. Las tres veces nos hemos encontrado con lo mismo: se empieza en una cosa y se intenta realmente conseguir otra. Por tanto, la respuesta tiene que ser taxativamente no. Eso se ha acabado".

Y el mensaje no es sólo para ETA: el ministro anunció que tiene "algo más que la impresión" de que en unos meses se producirá una "nueva farsa de Batasuna". "Saldrá diciendo que condena la violencia, que le demos tiempo para convencer a ETA y que legalicemos su partido. La respuesta va a ser radicalmente no. Ésta es una farsa que dirige ETA, Batasuna es ETA [...] Batasuna nunca, nunca, nunca volverá a las instituciones mientras ETA siga viva".

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El ministro confió en que el PNV "comprende" la posición del Gobierno. Pero ya el martes el presidente de ese partido, Iñigo Urkullu, vio tras las palabras de Rubalcaba una "estrategia de Estado" contra el nacionalismo. Erkoreka abundó ayer: negar a Batasuna la posibilidad de crear un partido nuevo aunque condene la violencia iría "radicalmente en contra de la jurisprudencia del Constitucional", dijo. Y volvió a lamentar la exclusión de Batasuna y sus herederos en las últimas elecciones: sólo eso, protestó, ha permitido que haya un gobierno no nacionalista en el País Vasco.

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