Detenido un profesor que hacía vídeos pornográficos con menores
El hombre tenía una nave industrial en Coslada donde realizaba las grabaciones
Poco a poco se ganaba la confianza de los menores. Hasta llegaba a invitarles a viajar a Londres si sacaban buenas notas. De esta forma, un profesor de inglés de 47 años, cuyo nombre corresponde a las iniciales J. M. P. V., lograba filmar vídeos pornográficos homosexuales entre menores. La denuncia de un menor residente en Coslada ha permitido su detención, después de meses de ser investigado por los especialistas de delitos informáticos. La dificultad para apresarlo ha sido mayor, ya que cambiaba continuamente de domicilio, lo que dificultaba su localización, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
Fue el testimonio del menor, de 12 años, el que permitió que la policía iniciara las investigaciones. El niño había recibido clases de inglés en una academia de idiomas de Coslada. Su profesor, con el que entabló una gran amistad, le propuso que ambos se marcharan de viaje a Inglaterra si el estudiante lograba aprobar todas las asignaturas. Su plan se frustró porque el alumno suspendió varias materias.
La investigación comenzó con la denuncia de un alumno de 12 años
El docente había estado en la cárcel por un delito de estafa
La relación entre el estudiante y el profesor se mantuvo, pese a que el primero abandonó la academia de idiomas. Ambos estuvieron en contacto a través de un chat. De eso hace más de un año, según fuentes policiales. En principio, todo iba sin problemas, pero lo que parecía una amistad normal dio un giro radical. El profesor empezó a hacer proposiciones de carácter sexual al menor. Le invitó a participar en vídeos pornográficos de carácter homosexual. El pequeño no le respondió. Pero J. M. P. V. continuó con su estrategia. Para intentar convencerle le mandó a través de Internet un vídeo que ya había grabado a otros jóvenes. La invitación, según fuentes policiales, incluía que él protagonizara otro similar.
El estudiante se asustó ante lo que había recibido y decidió contárselo a sus padres. Éstos acudieron a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Coslada y denunciaron lo que le acababa de ocurrir a su hijo. Los agentes pasaron la denuncia al Grupo VIII de la Brigada Provincial de Policía Judicial, especializado en delitos tecnológicos, que se hicieron cargo de las pesquisas. Empezaron a rastrear la dirección del ordenador que utilizaba el supuesto pederasta. El principal problema con el que se topó la policía era que el profesor cambiaba frecuentemente de vivienda y que carecía de trabajo estable, lo que dificultaba su localización.
Los agentes descubrieron que sólo cobraba una pensión por invalidez. Pese a ello, llevaba un alto nivel de vida. Disfrutaba de las máximas comodidades. Tampoco se privaba de ningún lujo. Según fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, se lo podía permitir gracias al dinero que conseguía vendiendo los vídeos pornográficos con menores.
Al final se le pudo localizar investigando sus conexiones a Internet. Tras conseguir el preceptivo mandamiento judicial, los agentes le detuvieron y registraron dos inmuebles. Uno era un chalé en la zona este del municipio que el profesor acababa de comprar. El otro, una nave industrial situada en el número 28 de la avenida de San Pablo, cerca de la autovía de Barcelona (A-2), en el municipio de Coslada.
Cuando los agentes entraron, se toparon con un auténtico plató de televisión montado y listo para grabar vídeos pornográficos. Había colocado una cama de matrimonio dentro de una sala de grabación. También había cabinas en las que tenía previsto instalar cámaras web para rodar desde diversos ángulos a los menores que lograba convencer.
La policía decomisó dos ordenadores y un disco duro que están siendo analizados por los especialistas para ver si pueden identificar a más menores que hayan sufrido abusos por parte del detenido.
J. M. P. V. ya había sido detenido anteriormente acusado de estafa. De hecho, había ingresado en prisión por este delito. Ahora ha vuelto a la cárcel con varias acusaciones: corrupción de menores y producción, tenencia y distribución de pornografía infantil, entre otras. Cada uno de esos delitos lleva acarreadas penas de hasta cuatro años de cárcel. La policía no descarta que el número de denuncias pueda aumentar en los próximos días, a raíz de que se conozca el caso.
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