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La "estructura biológica" de Dalí en Portlligat crece con una torre

Lo dejó escrito Josep Pla en 1981: "En la casa de Dalí en Portlligat no hay nada tradicional, ni heredado, ni repetido, ni copiado". Cualquiera que visite el que fue el hogar de Salvador Dalí y Gala en la bahía de Portlligat, ahora museo, como mínimo lanza un "es muy original". Desde ayer, la casa lo será aún más. Dalí decía que la vivienda, en origen una humilde barraca de pescadores, es una "auténtica estructura biológica" ya que a cada nueva vivencia que experimentaba el pintor con su amada, la casa ganaba metros y habitaciones. La regla se respeta incluso ya muerto el genio porqué Antoni Pitxot, vicepresidente de la Fundación Gala-Salvador Dalí, presentó ayer otro espacio que se une a la visita. Se trata de una torre circular, situada en la zona de la Olivareda, que Dalí usaba ocasionalmente como taller, en especial en su labor de escultor y en sus performances más surrealistas.

La casa de Portlligat, que recibe 100.000 visitantes, está ya toda rehabilitada

El tragaluz de cristal que domina la construcción permitía al artista tener una visión diferente sobre formas y dimensiones. Además se preocupó de tener a oído y a flor de piel uno de los elementos que más le inspiraban: su querida tramontana y el mistral soplan notorios en la torre porque en su fachada norte Dalí encastó recipientes de cerámica con orificios para que silbaran cuando esos vientos peinaran la bahía. Y esa torre fue bautizada ayer como Torre de les Olles por esas cerámicas.

En el interior hay un piano que Dalí usó en actuaciones más o menos públicas, y dos pantallas con audiovisuales del artista, reportajes de las décadas de 1960 y 1970 que tienen a Dalí y Portlligat como protagonistas.Durante uno de los happenings que Dalí solía organizar en su torre estudio, el piano ahora expuesto terminó en el mar. Preguntado por el suceso, Pitxot afirmó serio: "Más vale ni imaginárselo". El defectuoso estado de lo que queda del instrumento así lo atestigua.

Y es que todo lo que hacía Dalí en su casa de Portlligat era especial. Así, imitando a los renacentistas Tiziano y Tintoretto, el pintor ampurdanés ponía a sus modelos encima del techo de cristal de la torre para poder, desde abajo, pintarlos y dibujarlos sin cortapisas. Un ejemplo de esa técnica puede observarse en el Palau del Vent, en la sala noble del teatro museo de Figueres.

La torre, de pequeñas dimensiones y al lado de un clásico huevo daliniano que corona otra de las torres de la casa, está situada en la parte más alta de la casa museo y junto al palomar que tantos disgustos causó al vecino de Dalí (las palomas del pintor que allí anidaban infectaron la cisterna de agua de la casa contigua).

Dalí fijó en Portlligat su residencia desde 1930 hasta la muerte de Gala en 1982, cuando se trasladó al castillo de Púbol para compartir sus últimos días con la musa allí enterrada.

Los pasillos laberínticos y las pequeñas dimensiones del espacio obligan a programar las visitas con grupos reducidos. Éstas se podrán realizar cada día, hasta el 15 de septiembre, de 9.30 a 20.10 horas. La apertura de la torre significa, según Pitxot, "la exhibición de un espacio original e íntimo de Dalí; ahora ya no queda ningún rincón de la casa por descubrir". Portlligat recibe anualmente casi 100.000 visitantes.

La Fundación Gala-Salvador Dalí aprovechó la rehabilitación para presentar una nueva guía de la casa de Portlligat, editada por Triangle Postals y la fundación, con textos del propio Pitxot y de Montse Aguer, y fotografías de Jordi Puig. Un texto que Dalí quizá no habría querido en su refugio, y es que, según otra vez Pla, en la casa de Portlligat se podía encontrar de todo, pero difícilmente un libro.

El clásico huevo daliniano reflejado en el techo acristalado de la nueva torre de Portlligat.
El clásico huevo daliniano reflejado en el techo acristalado de la nueva torre de Portlligat.PERE DURAN

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