El puerto de Barcelona mantendrá la cifra de dos millones de cruceristas

Aidabella, Costa Concordia, MSC Fantasia, Coral, Brillance of the Seas, Grand Celebration, Silver Wind, Norwegian Jade... Los taxistas más avispados de Barcelona llevan todo el fin de semana frotándose las manos con nombres como estos. Los cruceros les dan mucho trabajo y en los últimos tres días la ciudad ha registrado el récord de la temporada: 53.000 cruceristas han pasado por el puerto en 17 barcos. El día de mayor afluencia fue ayer, con siete superembarcaciones que concentraron más de 25.000 turistas. Los cruceros que han atracado en Barcelona están de paso (30%), o bien, tienen el puerto como punto de origen y final de las vacaciones (70%), son los llamados turnaround. Para los taxistas, estos son los cruceros que más beneficios les reportan, porque la mayoría de los viajeros requiere transfers, carreras al aeropuerto.

El puerto barcelonés registra grandes crecimientos en temporada baja

Más de la mitad de los cruceristas que zarpan de Barcelona son norteamericanos

La crisis económica provocará que por primer año en la última década el número de cruceristas no crezca: pero se mantenga, como en 2008, en algo más de dos millones de personas. Una más que buena noticia en los tiempos que corren y que se debe en parte a que las compañías han bajado un 25% los precios.

Fuentes del puerto de Barcelona celebran además que las instalaciones están registrando crecimientos muy elevados, de entre el 30% y el 200%, en meses que hasta ahora se consideraban fuera de la temporada alta, entre mayo y octubre. Son compañías norteamericanas que han posicionado Barcelona como puerto para atracar y zarpar durante todo el año. Mientras en el norte del Mediterráneo es invierno y las temperaturas no están como para disfrutar en cubierta, los operadores de Estados Unidos llevan a los turistas a la zona sur, a países como Túnez o Egipto, con temperaturas que sí invitan al plan de piscina, pareo y tumbona. De hecho, la punta de actividad crucerista de este fin de semana se superará precisamente el próximo mes de octubre.

En apenas una década, Barcelona se ha situado como el quinto puerto del mundo en cruceros -el primero de Europa-, después de Miami y otros tres del Caribe. Un gran negocio que deja unos 200 millones de euros al año en la ciudad, a razón de 100 euros diarios por crucerista. En esta media entran desde quienes sólo bajan, van al Museo Picasso, compran una postal, se toman un café y regresan al barco, hasta los cruceristas que pernoctan en Barcelona un par de noches antes de zarpar, o bien, terminado el crucero, antes de volver a sus países de origen.

Por nacionalidades, los norteamericanos siguen constituyendo el grueso de los cruceristas: todavía son más de la mitad de los que pasan por Barcelona. No es de extrañar si se tiene en cuenta que cuando en 1977 inventaron la mítica serie Vacaciones en el mar, ambientada en un crucero de lujo, en España a duras penas se celebraban las primeras elecciones democráticas. Pero pese a la fortísima tradición de pasar las vacaciones en un crucero que existe en Estados Unidos, la oferta también está pegando muy fuerte en Europa y, además de españoles, por Barcelona pasan al año decenas de miles de italianos, franceses o alemanes.

Otro de los cambios que ha experimentado el negocio es el tamaño de las embarcaciones. Hoy navegan meganaves de hasta 5.000 pasajeros, entre turistas y tripulación, tantos como habitantes tiene Sant Pol de Mar (4.900) o Cardona (5.000). Es el caso de Voyager of the Seas, el crucero que atracó ayer y que durante el sábado fue retenido en Marsella (Francia) porque a un miembro de su tripulación le diagnosticaron la gripe A.