"Cualquier sector productivo firmaría hoy los datos del turismo"
Luciano Alonso (Palomero, Cáceres, 1953), encara la temporada alta con plena confianza por la fortaleza de un destino estable porque depende más que otros del mercado nacional, que siempre responde. El consejero de Turismo, Comercio y Deportes, que ha renunciado a tomar vacaciones, reflexiona sobre la necesidad de crear nuevos productos e incorporar la innovación y el conocimiento para asegurar un buen futuro turístico.
Pregunta. La crisis cada vez parece afectar más al turismo, en el primer semestre Andalucía ha recibido 1,6 millones menos de viajeros que en 2008.
Respuesta. Los tres primeros meses fueron muy duros, y después el mercado se ha ido recuperando con una buena presencia de españoles y sobre todo de andaluces, nuestro propio mercado se consolida como el más importante, y eso nos da gran estabilidad.
"Quien no innove se quedará atrás, hoy hay que buscar al turista uno a uno"
"El verano va a ser bueno, lo preocupante es el otoño y el invierno"
"Existe la confusión de que un plan de turismo consiste en embellecimiento"
"Podrían reducirse cotizaciones a hoteles que abren todo el año"
P. ¿Qué indicadores tiene del verano?
R. Las previsiones son aceptables. Creo que vamos a tener un buen verano, la preocupación es el otoño y el invierno. El turismo es un bien de consumo y si la economía atraviesa dificultades pues es lógico que baje, no es un oasis. Pero cualquier sector productivo firmaría los datos del turismo al día de hoy.
P. El problema es que para sostener las ocupaciones los hoteles han bajado los precios.
R. Nosotros nunca podremos competir en precio con destinos del Mediterráneo e incluso el Caribe porque no tienen nuestra calidad, ni excelencia. Es verdad que en un momento de crisis se han podido bajar un poco los precios. Se ha hecho una oferta más competitiva como la pensión completa, o alguna actividad de ocio complementaria, pero no se han bajado tanto, porque además sería un error.
P. ¿El descenso de turistas se debe estrictamente a la crisis económica o cree que hay también una pérdida de atractivo?
R. Hace 50 años había unos cuantos destinos y todavía menos operadores que decidían casi en exclusiva el movimiento del mercado mundial. Ahora hay tantos destinos como regiones y tantos operadores como turistas. Del paquete turístico se ha pasado a la compra individual, ayudada por las nuevas tecnologías. El turista elige, busca experiencias positivas y exige de antemano calidad y satisfacción. El destino que no se las proporciona será difícil que se mantenga dada la competitividad que hay. En Andalucía tenemos una gran diversidad y nuestra oferta no se agota fácilmente. Ahora bien, sí creo que hay que crear nuevos productos, si queremos ser líderes siempre hay que mejorar el destino.
P. ¿Cómo se crean nuevos productos turísticos?
R. Por ejemplo, hay una Iniciativa de Turismo Sostenible en Sierra Morena, 57 pueblos en una vía verde de 580 kilómetros que llega hasta Portugal, es un producto medioambiental espectacular, como si fuera un camino de Santiago y al que cada pueblo le suma un valor añadido. Hay spas en todas partes, pero nosotros trabajamos en la recuperación de baños termales. Y todo lo relativo al ocio. Es incomprensible por ejemplo que yo no pueda invitar a alguien a escuchar flamenco en la Costa del Sol, porque no hay una buena oferta. Hay que incorporar la singularidad.
P. ¿Y a quién compete? Si no hay flamenco en la Costa del Sol será que nadie lo ve rentable.
R. Turismo somos todos, y eso es un concepto que todo el mundo tiene que interiorizar. Cuando hablamos de turismo hablamos de un itinerario de consumo, desde que un señor llega al aeropuerto hasta que regresa, el taxista que lo lleva, el policía local que lo orienta y le informa, las compras, los restaurantes...En todo eso está el valor añadido y con un componente muy importante, la profesionalidad de los trabajadores. Es uno de nuestros elementos diferenciadores, en otros destinos mediterráneos hay salarios muy bajos, pero ¿cuál es la profesionalidad? Hemos llegado a un acuerdo con sindicatos y empresarios para que todo trabajador que se incorpore a la hostelería, sea de pinche o de lo que sea, tenga que pasar por un mínimo curso de formación. Quien no innove, quien no busque calidad, tendrá muchas dificultades. Hasta ahora no lo hemos necesitado, pero ahora tenemos que buscar al turista uno a uno. Por ejemplo, un buen dato de este año, hay un 46% más de banderas azules.
P. Los planes de turismo que la consejería firma con los ayuntamientos no han creado muchos productos turísticos.
R. Hay una confusión de pensar que los planes de turismo consisten en el embellecimiento. Está muy bien intervenir en el entorno del Museo Picasso, porque es un producto turístico potente y no hacerlo sería un error, pero por tener una plaza más bonita o una acera más ancha, el turista no va a venir, viene porque tiene el Picasso. Los planes no pueden responder sólo al concepto de mejora urbanística, y ahí estamos exigiendo a los ayuntamientos que presenten iniciativas que sirvan para mejorar y ampliar la oferta, que creen producto.
P. Acaba de presentar el laboratorio de innovación turística, desde hace años se habla de incorporar conocimiento y nuevas tecnologías al sector, pero hasta ahora sin traducción tangible.
R. Es un cambio cultural. Vamos a empezar en octubre y ya tenemos el equipo por el laboratorio de consultoría, precisamente para que se note de forma inmediata. Cuando un empresario venga con una idea y esta consultoría le pueda informar del perfil del turista que visita la zona en cuestión, qué tipo de establecimiento debe montar, a partir de qué número de habitaciones sería rentable. Sabemos los cuatro laboratorios, los tenemos definidos, pero ponerlos en marcha nos costará un año. Daremos prioridad al nuevo portal, que comercialice, y sea una comunidad virtual, donde el usuario participe.
P. ¿Hay sobreoferta de plazas hoteleras?
R. El empresario invierte en aquello que es rentable, y sigue habiendo peticiones de nuevos hoteles, lo que es síntoma de vigor. Me encanta decir que el 64% de la planta hotelera es de cuatro estrellas porque significa que se ha apostado por la calidad. Lo que hay que estudiar cada vez más es la oferta que se hace a partir del hotel, hasta ahora no ha habido saturación, pero hay que reflexionar sobre ello.
P. ¿Son suficientes las medidas tomadas por el reciente consejo de ministros monográfico sobre turismo?
R. Me agrada que por primera vez se trate con la prioridad que merece a una una actividad que nos ha dado mucho. Ofrecer la posibilidad de recualificar la planta hotelera es acertado, y la prueba es que se han agotado los recursos, pero echo de menos la creación de nuevos productos para ser más competitivos y alguna medida más. Se debería estudiar bajar algo las cotizaciones a la Seguridad Social a los hoteles que se mantienen abierto todo el año con plantillas estables. Hay que cuidar y mimar a ese empresariado.
P. ¿Atenderá la petición sindical de que la estabilidad laboral sea uno de los criterios para el reparto de subvenciones?
R. Si hay un dinero público para ayudar a reformar un hotel, es razonable que no vaya en detrimento de los trabajadores, y es un criterio que vamos a tener en cuenta. Pero hay algo que va más allá, un trabajador estable, bien formado y preparado es un recurso de calidad. No pueden ser contratos de 24 horas.
P. ¿Le preocupa que el conflicto por el cumplimiento de convenio en la hostelería acabe con una huelga en pleno agosto?
R. Hace falta todo el esfuerzo posible para evitar la huelga. Si el turista contrata a última hora, cualquier mensaje negativo que se transmita es muy perjudicial. Los convenios hay que cumplirlos. Tenemos un empresariado y unos trabajadores muy responsables y en una situación como esta, perder agosto por una huelga sería muy duro.
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