Domingos rosas (y con el agua al cuello)

"Clase de aquagym. Instructora: La Terremoto de Alcorcón". No es el último reclamo para acercarse al gimnasio y tonificar el cuerpo para la operación bikini, sino el cartel de uno de los Pink Sundays, una fiesta para los domingos de verano que combina la idea de piscina, petardeo y buen rollo. Durante junio y julio (volverá después del verano), lo rosa se ha impuesto en la terraza del hotel ME Barcelona (calle de Pere IV, 272): cócteles, hamacas fucsias, bombillas coloreadas, música en directo, cuerpos turgentes en Speedo, dj's-personaje (Alaska, Bimba Bosé o David Delfín, Annie) y curiosas performances de iconos queer patrios. Aparte de La Terremoto, estas aguas las han catado las ilustres figuras de Rebecca o La Prohibida, que han arrastrado a su vez a Bibi Andersen, Paco León o a la mitad del moderneo barcelonés. Y según se demostró, una fiesta heterofriendly dominical en la sexta planta de un hotel de lujo ha resultado ser un lugar perfecto para rematar las conquistas del fin de semana. O la ausencia de ellas. El concepto de pasar la tarde del domingo al aire libre en clave filogay también ha llegado a Madrid. Una semana antes de que el fiestón callejero del Orgullo tomara la capital, apareció The hot penthouse (o el ático caliente). House progresivo y leftfield (más cañero a medida que avanza la noche) en una sesión de Heaven en el hotel ME de Plaza Santa Ana (plaza de Santa Ana, 14) que se mantiene hasta finales de septiembre. "La gente está cansada de los clubes de domingo tarde y por eso proponemos una manera diferente de terminar el día", explica Alfonso Gamarra, director de Devothica, el grupo que organiza la sesión. El espacio no tiene piscina, pero las vistas que ofrece de la ciudad son inigualables. Hasta las 2.30, un ecléctico público exprime las últimas horas del fin de semana: clubbers con ganas de una noche más o gente guapa que se exhibe en la azotea de la ciudad o se esconde en los chaises longues privados. Las camas de la terraza del hotel Room Mate Oscar (plaza de Vázquez de Mella, 12) en Madrid también se llenan los domingos por la tarde. Su exclusiva piscina (de agua helada y aforo para 32 personas) atrae a un público cosmopolita con gente del barrio, modernetes y guiris a partir de las 19.00 (cuando es gratis entrar). Pies descalzos, atrevidas miradas y cócteles (servidos por camareros-modelo) en un ambiente muy ibicenco, acordes chill out incluidos. Avanza la noche, sube el ritmo y, animado por el calor y los mojitos, un espontáneo se lanza a la piscina. Chapuzón helado para acabar el fin de semana. www.me-by-melia.com