El déficit público se desboca por el hundimiento de la recaudación
El saldo negativo alcanza en sólo medio año 38.607 millones, el 3,64% del PIB
El Gobierno ya lo dejó claro a finales del pasado año: la agudeza de la crisis iba a implicar un desbordamiento de los límites de la ortodoxia presupuestaria. La caída de los ingresos, las medidas fiscales para aligerar al contribuyente y los planes de choque económicos del Gobierno del último año lo están avalando. Tras un junio desastroso, el déficit público, la diferencia entre lo que ingresa y lo que gasta el Estado, alcanza los 38.607 millones, el 3,64% del PIB español, nueve veces la cifra del primer semestre de 2008 y 8.000 millones más que en todo el año pasado. En sólo seis meses, el déficit duplica ya con creces el previsto para todo el año por los Presupuestos Generales, que hace ya tiempo que el Gobierno dio por desfasados.
El Estado lleva gastado hasta junio casi el doble de lo ingresado
Carlos Ocaña, secretario de Estado de Hacienda, fue ayer inquietantemente sincero en la presentación de los datos: "Es una evolución acorde con las previsiones", dijo. El Gobierno prevé terminar el año con un déficit del 8,1% del PIB en la Administración central.
La escalada del déficit se debe tanto al desplome de la recaudación como al aumento del gasto. La caída de los ingresos vía impositiva ha retrocedido un 23% respecto al primer semestre de 2009, hasta los 65.721 millones, frente a los 85.413 millones ingresados en el año anterior. Los impuestos directos disminuyeron un 19%, colocando la recaudación en los 36.591 millones. Los impuestos indirectos sufrieron un descenso mayor, del 27% y fijaron los ingresos en 29.130 millones. La caída se ha acelerado en junio, mes en el que el conjunto de los ingresos caen un 46,8% (con un desplome del 92% en el IVA en términos de caja). Y si lo que se miran son los ingresos que se apunta el Estado, la caída es del 88,2%. Frente a las administraciones públicas y entidades locales, el Estado aparece como el gran perdedor en la recaudación porque las administraciones siguen cobrando según lo previsto el año pasado, y no en función de la recaudación real. Pero cuando llegue la liquidación definitiva, habrá que ajustar ese desfase, lo que supondrá una gran merma para las comunidades autónomas.
La caída de ingresos no sólo se debe al impacto natural de la crisis, que merma la recaudación por el IRPF, el impuesto de sociedades o el IVA, cuyo bajón se debe principalmente al deterioro del consumo. La recaudación se ha visto además afectada por las medidas fiscales de estímulo. Hacienda señala que, si no existieran, la reducción de los ingresos se limitaría al 11,5%. O, dicho de otra forma, el déficit empequeñecería en 10.977 millones, aunque el Gobierno mete en este saco medidas aprobadas antes de la crisis, como el chequé-bebé de 2.500 euros, rebautizado ahora por el Gobierno como Plan Cuna. La deducción de 400 euros le ha costado al Estado 2.370 millones hasta la fecha; la devolución mensual del IVA, ejecutada este ejercicio por primera vez, suma 1.900 millones, y los adelantos de las devoluciones de Hacienda ascienden a 4.100 millones.
La cifra podría haber sido algo menos mala si se hubiera contabilizado la subida de impuestos de junio pasado para tabaco e hidrocarburos -con excepción de usos profesionales-. La ejecución presupuestaria sólo recoge los ingresos devengados hasta mayo, con lo que este aumento, que implicaría 2.300 millones anuales, según las previsiones del Gobierno, no se ha hecho notar aún. La recaudación por impuestos especiales cayó un 4,9% en el primer semestre hasta los 9.138 millones.
La otra explicación al fuerte déficit reside en el aumento del gasto. Las transferencias para las actuaciones extraordinarias del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero suman 13.345 millones. El plan de inversión local para los ayuntamientos se ha cobrado de momento una partida de 5.000 millones de euros -faltan 3.000 millones que se dispondrán después del verano- y las ayudas al desempleo se han disparado.
La escasez de ingresos también se extiende al campo laboral. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, anunció ayer que el superávit de la Seguridad Social se redujo un 29,5% en el primer trimestre del año. Sin embargo, aseguró que cerrará el año en positivo, "en torno al 0,3% o el 0,4% del PIB", explicó.
El Gobierno deberá ver ahora cómo correrá con los gastos. El Ejecutivo prevé alcanzar un endeudamiento en torno al 50% del PIB, unos 500.000 millones, según señaló Ocaña. Elena Salgado, vicepresidenta económica, alertó en junio que era hora de apretarse el cinturón. Anunció una reducción del techo de gasto -el límite que puede gastar la Administración- del 4,5% para 2010, unos 9.000 millones. Además, el Gobierno estudia diferentes subidas de impuestos y eliminación de deducciones (como la de 400 euros) que se plasmarán en los Presupuestos Generales del Estado para 2010.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.