Indefensión

Recordemos la huelga de jueces y magistrados por las carencias de un sistema saturado y obsoleto. Hace unos meses, mi pareja fue víctima de un accidente de tráfico que le produjo lesiones de las que aún hoy sufre secuelas físicas y psicológicas. Debido a la no respuesta de la compañía del conductor responsable del siniestro, se vio obligada a interponer denuncia. Sin embargo, el humillante trato recibido en el Juzgado de Instrucción número 14 de Sevilla no parece obedecer a ningún tipo de insuficiencia estructural, sino más bien a una rotunda incompetencia humana. ¿Cómo calificar si no la vejatoria forma de hablar del médico forense encargado del reconocimiento que, no contento con presuponer un fraude en la lesión de mi pareja, la inspeccionó con una brusquedad y una prisa incomprensible en la desierta soledad del juzgado?

¿Y cómo podríamos interpretar el corporativismo del superior que se limitó a excusar el comportamiento del doctor con una aseveración tan poco jurídica como: "Veo que ha tenido mala suerte"?

¿Acaso el trato que la Administración debe dar al ciudadano (más aún si es la de justicia) puede depender de un criterio tan chapucero y laxo, de unas formas tan desagradables e injustas.