"Cuando estoy creando, me dejo llevar"
Gemma Mengual Civil (Barcelona, 1977) es, según su entrenadora, Ana Tarrés, "la Messi de la natación sincronizada". El talento creativo en la punta de la pirámide productiva. El mascarón de proa de una de las aventuras más fascinantes del deporte español. Desde 1991 representa a un equipo que, de la nada, ha hecho frente a las grandes potencias en un terreno que premia el avance científico, la planificación y el rigor como pocos. Estados Unidos, Japón, Francia, y Rusia ya tienen a España por referente.
Pregunta. ¿La natación sincronizada cambiará o seguirá siendo un deporte conservador?
Respuesta. Hemos intentado cambiarlo no callándonos. Diciendo lo que pensamos. Me da igual que la gente diga a cada rato: '¡Pero por qué te quejas!'. Si tengo razones para quejarme, ¿por qué me tengo que callar? Esto tiene que cambiar. Y no somos las únicas con motivos para quejarnos. Muchos otros equipos reciben menos puntuaciones de las que merecen y no se les escucha. Por ejemplo, Ucrania. No se les valora nada. Me da rabia.
"Sientes que has hecho algo que te ha salido de dentro y que no tiene explicación"
"Si tengo razones para quejarme, ¿por qué me tengo que callar?"
P. ¿Hay que ser ruso para tener mano en este deporte?
R. Las rusas son las que más trabajan del mundo. Y se merecen estar donde están.
P. Las rusas tienen una base de gimnasia. ¿Y usted?
R. Yo en gimnasia sólo he hecho cosillas. Las rusas antes de los 10 años hacen danza y después gimnasia. Y después les asignan a cada una su deporte.
P. Lleva más de 20 años entrenándose. ¿Qué le pasa por la cabeza cada vez que se levanta para ir a entrenarse?
R. A mí me gusta entrenar. Me siento bien conmigo misma haciéndolo porque creo que es algo que hago bien. Hacer algo que se te da bien te sube la autoestima. Te hace sentir segura. Yo en este campo me siento cómoda, y como creo que todavía le puedo sacar un poco de jugo, por eso tiro.
P. ¿Poner el cuerpo en el límite cada día es adictivo?
R. Sí, es adictivo. Pero llega un momento en que también cansa. Yo no creo que sea una adicción en mi caso. Lo tomo como un trabajo. Un trabajo que me gusta y en el que veo que todavía puedo progresar. Si llega un momento en el que ya no progreso no tendría sentido seguir. Aquí he conseguido mi primer oro en un Mundial. Ahora para seguir necesito pensar que podría mejorar eso. Otra cosa sería absurda.
P. ¿En qué mejoró?
R. En madurez, en la forma de nadar... Me lo dice todo el mundo. El otro día en la piscina me encontré con Ivy Frechet, una nadadora que era mi referencia en 1992. No la había visto desde entonces y le dije: "¡Yo era tu fan!". Y ella: "Pues mira, ahora yo soy fan tuya; además me encanta tu forma de nadar. Es una forma muy madura y diferente al resto".
P. ¿Cree que ha aprendido a ser usted misma?
R. Exacto. A nadar a mi manera. A expresarme a mi manera y a hacer un tipo de coreografía a mi manera, como sólo lo hago yo, y que generalmente gusta. Que luego me lo premien los jueces es relativo. Entran factores políticos.
P. ¿Cómo se descubre a sí misma?
R. Llevo 24 años nadando. Tengo un talento. Algo que me ayuda a disfrutar de una coreografía individual...
P. ¿Cómo es el placer que siente en el agua?
R. Yo siento placer cuando estoy coreografiando la rutina. Hay momentos en los que me lo estoy pasando tan bien, que si la música me gusta, me gusta dejarme llevar y entonces es cuando puedo crear. Y una vez que tengo creada la coreografía y estoy en una competición, antes de hacerla estoy cagada. Y se mezcla una sensación de quiero y no quiero. Y de miedo a hacerlo mal. Y una vez que me tiro al agua me sale algo que no sé de dónde sale. Sé que hay mucha gente mirándome y quiero demostrarles que me entrego al cien por cien.
P. ¿Hace cosas nuevas en la competición?
R. Me sale una energía extra que no tengo cuando estoy entrenándome.
P. Explique qué significa dejarse llevar.
R. En algún momento, cuando estoy creando, me dejo llevar porque si no, no creo. Es guay. Es sentir que has hecho algo que te ha salido de dentro y que no tiene explicación. El cuerpo expresa una emoción que sólo puede expresarse si estás un poco perdido. Por eso, cuando lo intentas repetir es casi imposible. Ahí te das cuenta de que es espontáneo. Para volver a hacerlo igual tienes que estudiarte a ti misma.
P. ¿Entonces repasa el vídeo?
R. Claro. Y eso que es espontáneo pasa a formar parte de una rutina. En los dúos pasa lo mismo. Pero en el solo es más exagerado porque ni sé lo que hago. Como todos los entrenamientos se graban, luego lo capto y digo: "¡Pero cómo he hecho esto!".
P. ¿Sus compañeras opinan?
R. Me dan su opinión. Son una referencia permanente. Cuando escucho: '¡Ay, qué bonito...!'. Me da seguridad. Me ayudan a seguir creando, investigando... Yo mientras invento coreografías las observo. Si se quedan mirándome es que les ha llamado la atención algo. Significa que por ahí voy bien.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.