Sermones
Mala señal cuando los guionistas se dan facilidades a sí mismos para colocar la tesis del filme. Y eso ocurre exageradamente con Men in trees (La 2).
Con el ánimo principal de dar sermones se inventan una protagonista que escribe libros de asesoramiento sentimental para las mujeres y colabora en un consultorio radiofónico. Por si acaso les faltaran palancas, los capítulos terminan con la voz en off de la narradora soltando las frases que quedaban en el tintero.
Marin Frist (personaje interpretado por Anne Heche), huyendo de una boda inmediata, se va 6.500 kilómetros lejos, a un pueblecito de Alaska "donde no tienen ni manicura". Un lugar lleno de hombres, su objeto de estudio y, en el fondo, de deseo.
En Men in trees, frases como "los hombres son coches de segunda mano, pueden ser brillantes, pero siempre te dejan en la cuneta", o "sufrir por amor es horrible, pero no sufrir es más horrible todavía" se suceden de manera fatigante. "Soy patética", dice la atribulada Marin Frist en una escena de la serie.
Tiene toda la razón, y el personaje más entrañable resulta ser una policía que la sepulta con multas por cualquier infracción más o menos tonta. Se lo ha ganado.
Pero bueno, Men in trees no deja de ser un cuento dulzón. En cambio, en Rojo y Negro (Tele 5), un señor con corbata organiza un festín de sangre a propósito de una realidad que selecciona con esmero.
No se inventa nada, simplemente escoge los episodios de violencia más tristes y escarba en ellos. El miércoles, por ejemplo, entrevistó a la madre de una niña violada y a la madre de su presunto violador. Y a la madre de una niña asesinada. Salen muchas madres en este programa. Madres y abogados penalistas.
Él las trata cortésmente, esperando a que el espectáculo lo den ellas, no él. Es un astuto business del fango.
La mayor prudencia que demuestra el canal con este programa es colocarlo de madrugada.
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