Una encuesta revela que la mayoría de los vascos apoya quitar fotos de etarras
Ares: "¿Qué defienden PNV y Aralar que miremos para otro lado?, pues no"
La determinación del Gobierno vasco de mantener su política de "tolerancia cero" con el mundo radical que no condena la violencia de ETA no se va a resentir. Ni siquiera las últimas declaraciones de dirigentes de Aralar (Aintzane Ezenarro) o del PNV (Iñigo Urkullu y Joseba Egibar), muy críticos con la forma en la que la Ertzaintza está aplicando esa política, van a hacer variar la estrategia que con vehemencia defiende el consejero de Interior, Rodolfo Ares. "Tenemos que hacer pedagogía democrática. En este país no vale mirar para otro lado: ¿Qué nos proponen [Aralar y el PNV] que no actuemos, que miremos para otro lado, pues no. Actuaremos con contundencia y con proporcionalidad", subrayó ayer Ares, resaltando que serán los mandos policiales los que ordenen y decidan en cada momento cómo aplicar esas medidas de "tolerancia cero".
Interior preparará los dispositivos de fiestas con los alcaldes de las tres capitales
La retirada de cartelería y fotos de etarras que puedan herir a las víctimas o incluso sean delictivas va a continuar. Los responsables de Interior se muestran convencidos de que los atestados remitidos al juez en los que los agentes han imputado delitos de enaltecimiento del terrorismo por ese tipo de comportamientos "van a tener el respaldo de los fiscales". Junto a ese convencimiento, el consejero Ares se apoya también en la creciente censura social que se percibe ante este tipo de comportamientos: "Que la propia sociedad repruebe esos comportamientos cuando sacan las fotos de presos para homenajearles en las manifestaciones o que una encuesta reciente nos revele que cerca del 90% de los vascos está a favor de esta política de retirada de carteles y fotos de los presos parece indicarnos que vamos por el buen camino para recuperar el espacio público para los demócratas y evitar que recuperen espacios de impunidad", añadió Ares ayer en declaraciones a este periódico.
De ahí que el consejero de Interior no entienda las voces críticas que se han levantado desde el PNV. Y por eso les preguntó cuál era su alternativa: si su propuesta es que la Ertzaintza deje "campar a sus anchas a los radicales abertzales que amparan y justifican la violencia y que ocupen el espacio público para que hagan homenajes a etarras condenados por asesinatos". El consejero apuntó que si esa es su postura, deberían explicarla ante la sociedad.
Rodolfo Ares reconoce que se esperaban la "actitud desafiante de los que no condenan la violencia", pero anima a los partidos democráticos a sumarse a su apuesta por hacer pedagogía democrática frente a los violentos.
Para empezar, el máximo responsable de Interior avanzó que tiene previsto coordinar con los tres alcaldes de las capitales vascas (los socialistas Odón Elorza y Patxi Lazcoz e Iñaki Azkuna,del PNV) los operativos policiales de fiestas. "Es claro que no vamos a llegar a todas partes y que habrá pancartas y fotos de presos, pero no vamos a dar ningún paso atrás en una campaña que hay que reconocer que no hemos iniciado nosotros. Con el consejero Javier Balza también hubo actuaciones de este tipo", reconoció, poniendo así en valor su etapa.
La llamada de perdón del consejero
La firmeza y a veces vehemencia del incansable consejero de Interior, no le impide a Rodolfo Ares reconocer el error o el malentendido cuando éste se ha producido. Y para algunos alcaldes como el de Lekeitio o el de Ondarroa, ambos del PNV, que lleva dos años en el centro del ojo del huracán radical, las llamadas al orden por los carteles les debió parecer un mal sueño.
No son pocos los pueblos en Euskadi donde los empleados municipales o las contratas de limpieza han tenido que ir en los últimos años escoltadas por la Ertzaintza o incluso los beltzas (antidisturbios de élite) para borrar pintadas o quitar carteles de etarras. Ares incluso reconoce que algunos municipios regidos por el PNV han gastado más dinero que los de alcaldes socialistas.
Por eso cogió su teléfono móvil para pedir pedir disculpas. Llamó al alcalde de Lekeitio, José María Cazalis, para reconducir la polémica pública suscitada con este regidor sobre todo tras el requerimiento de Interior para que quitara una pintada de exaltación de la organización terrorista. También habló con el presidente de la gestora de Ondarroa, Félix Aranbarri, en el punto de mira de los violentos, para ponerse a su disposición e incluso consensuar la fecha de la reinauguración oficial de la comisaría de la Ertzaintza, volada por ETA en 2008. Ares, quien ya anunció un fondo de medio millón de euros a los consistorios para quitar ese tipo de pintadas, pretende también cerrar en agosto un protocolo de actuación en esta materia con el presidente de Eudel, Jokin Bildarratz.
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