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Joyas robadas en España financiaron asesinatos de Al Qaeda en Argelia

La fiscalía pide 109 años de prisión para seis ladrones islamistas que asaltaban chalés en la Costa del Sol

José María Irujo

La venta de relojes Cartier, pulseras de oro y collares de esmeraldas robados en una veintena de chalés de la Costa del Sol por ladrones salafistas que se bautizaron como el Grupo de La Verdad financió decenas de asesinatos de Al Qaeda en Argelia y Mauritania, según asegura una investigación judicial.

La fiscalía de la Audiencia Nacional pide 109 años de prisión para los seis procesados, presuntos miembros de Al Qaeda en el Magreb, la bandera de Osama Bin Laden en el norte de África, a los que acusa de integración y colaboración con banda terrorista, falsedad y receptación con fines terroristas, según el escrito de calificación provisional al que ha tenido acceso EL PAÍS. Las penas van de 19 años y seis meses a 15 años.

Robaron en la finca Ambiciones, propiedad del torero Jesulín de Ubrique
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Condenado sólo uno de los seis acusados de colaborar con los salafistas

Los ladrones salafistas vivían en distintas localidades de la Costa Sol y se habían conocido en la cárcel de Topas (Salamanca) donde cumplían penas por delitos comunes entre 1999 y 2002. Aleccionados por Hakim, un preso que actuaba como imán, crearon en la prisión un grupo radical que obligaba a sus miembros a apoyar la yihad (guerra santa).

"Pide el cambio de módulo y busca al Grupo de La Verdad", señalan algunas cartas en árabe intervenidas a presos islamistas que pasaban por el centro penitenciario donde cumplía condena Mohamed Achraf, condenado ahora a 14 años de prisión por elaborar un plan para volar con un camión bomba la Audiencia Nacional. Fue este último quien, entonces, pidió la escuela de la prisión para las charlas y reuniones religiosas en las que los ladrones se contagiaron de sus ideas rigoristas. Allí, según el escrito de la fiscalía, "se aglutinaba a personas con fuertes convicciones ideológicas basadas en la yihad menor, concepto religioso que justifica la violencia o guerra santa para conseguir la expansión geográfica del islam".

El objetivo de aquellos encuentros religiosos fue captar y adoctrinar a personas que tras la salida de la prisión "formaran células terroristas, activas o durmientes, de carácter yihadista", asegura el escrito de la fiscalía de la Audiencia, que dirige Javier Zaragoza.

Así nació la banda de atracadores islamistas que presuntamente formaban Fares Merazka, de 33 años, Fathi Abdallah, 39, Salah Eddinne Berkouin, 39, Abdelkader Yettou, 50, Abdelfatah En Naji Chenaf, 45, y Lahouari Naum Zenagui, 43, todos ellos argelinos residentes en España. Dieron sus primeros golpes en la provincia de Cádiz, asaltaron la casa del torero Jesulín de Ubrique, y la pista de una tarjeta de crédito robada en un chalé y empleada para recargar varios móviles condujo a los agentes de la Guardia Civil hasta el corazón de la banda. Las intervenciones telefónicas descubrieron su contacto con Abdelhakim Fekkar, alias Hakim, de 45 años, el imán que les habló al oído en la cárcel de Topas, más tarde libre y reconvertido en activo miembro del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) en Argelia. Un tipo que por teléfono les describió orgulloso cómo había participado en dos atentados en Argelia y Mauritania en los que fueron asesinados 32 militares.

El 25 de mayo de 2005, los agentes que dirigían las escuchas torcieron el gesto al oír una nueva confesión del antiguo imán: "He estado de misión y hemos eliminado a 25 infieles". El atentado había tenido lugar en Tebessa (Argelia). En él murieron 15 militares y otros 13 resultaron heridos. Hakim les habló de otra "misión" en Mauritania y coincidió que en aquella fecha otro ataque en una base militar en Lemgheity, junto a la frontera argelina y maliense, causó 15 víctimas. "Desde que entré en Argelia no he parado, gracias a Dios", se jactaba en sus charlas con sus "hermanos". Juez y fiscal coinciden en que los procesados enviaron dinero de sus robos para financiar ataques del aliado de Bin Laden en África.

Uno de los ladrones islamistas es conducido a un chalé de Estepona (Málaga) para hacer un registro.
Uno de los ladrones islamistas es conducido a un chalé de Estepona (Málaga) para hacer un registro.PEPE SÁNCHEZ

"La homosexualidad anuncia el fin"

Las conversaciones entre algunos de los seis ladrones islamistas procesados y Abdelhakim Fekkar, Hakim, militante del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate en Argelia y ex imán en la cárcel de Topas, reflejan sus obsesiones y prejuicios religiosos: uno de ellos, la homosexualidad.

En una conversación grabada por la Guardia Civil, Fathi Abdallah, uno de los procesados, explica a Hakim el sermón del viernes, "en el que se habló de señales previas al fin del mundo, siendo una de ellas la propagación de la homosexualidad". Fathi le explica la aprobación de la ley de matrimonios homosexuales en España y confiesa que el imán de la mezquita a la que acuden da el sermón en árabe y luego lo traduce al castellano, "para que nadie lo traduzca y lo entregue a la policía".

El 1 de julio de 2005 Fathi explicó a su amigo un sueño que le perturbaba: "Mientras dormía, salieron tres guardias civiles, me pusieron una luz verde y empezaron a hablar conmigo. Se habían enterado de que circulaba con un coche que está a nombre de uno de Barcelona. Hablé adecuadamente y después se fueron".

Hakim le respondió: "Si en un sueño te aparece la policía o los guardias civiles es que en la vida real tienes enemigos. Si te sale un lobo y te muerde, tienes que tener cuidado. Cualquier cosa que hagas no se la cuentes a nadie". Fathi concluyó la conversación así: "Tengo enemigos, pero no me va a pasar nada". La Guardia Civil llevaba meses escuchando sus confesiones. En diciembre de 2005, fue detenido en la Operación Green, que se desarrolló en España, Francia y Suiza.

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.

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