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Reportaje:24 HORAS EN ... CATANIA

Noctámbulos a la sombra del Etna

Un club, La Chiave, que anima las noches sicilianas de Catania. Follón en el mercado de pescado, visita al Duomo y un paseo por Librino, barrio de las afueras convertido en museo al aire libre

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Hay ciudades que se resisten a la caducidad y nada más pisarlas se comprende que las define la fidelidad a su estilo. En Catania no hay debate. Va a lo suyo y no rivaliza con nadie. La rotunda presencia del Etna, volcán que precisa constante prevención, la hace eternamente auténtica. Por ello mantiene impoluta su decadencia. Sicilia en estado puro, sin cosméticos ni bisuterías.

10.00 Bullicio marinero

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A primera hora nada como un paseo por la Pescheria (1) (Piazza Curró), mercado de pescado al aire libre ubicado en el corazón del barrio antiguo que aglutina lo mejor de cada casa y las disparidades más pintorescas. Guirigay, tumulto, salitre... ¿Y esos pescaderos que gritan sujetando peces de todo tipo? Pues son los máximos exponentes de la naturalidad, los que demuestran que hay ciudades de las que el tiempo pasa.

El bullicio marinero mezcla imágenes desconcertantes y entrañables. Toda una plaza dedicada al pescado en plan zoco árabe. Si el viajero se desvía por Vía San Calogero verá cómo la fisonomía del mercado se transforma y adquiere otros matices. Es un mercado elástico, parece que nunca termina y se interna por calles exhibiendo frutas, carnes y esos fabulosos parmeggianos de tan difícil transporte. Tiene su plan b en la inmensa plaza de Carlo Alberto - B, donde espera el otro mercado enorme de la ciudad.

12.00 Barroco siciliano

Detenerse en el Duomo (3) (0039 095 32 00 44; Piazza Duomo. De 7.00 a 12.00 y de 16.00 a 19.00), único punto de afluencia turística, es ineludible. La iglesia de Santa Águeda es uno de los exponentes del barroco siciliano, muy presente en toda la urbe. Tampoco hay que perder de vista el Palazzo Biscari (4), del siglo XVIII (Via Dusmet; 0039 09 57 15 25 08; www.palazzobiscari.com). Alrededor de la Fontana dell Elefante, símbolo de la ciudad, realizada por Vaccarini en 1735, se concentra la algarabía. Es la antesala de la Via Etnea - E.

La Piazza de la Universitá sirve de recibimiento a esta vía comercial. El viajero ascenderá admirando aparadores, pero enseguida notará el acecho de imponentes palacetes que enriquecen una calle única hasta la Piazza Stesicoro - F, donde se verá las caras con los restos del anfiteatro romano. Y todavía más hacia los Jardines Bellini (7), muy concurridos. Frente a la entrada está Savia (Via Etnea, 302): uno de los bares clásicos. Imposible rechazar los arancinos que exhibe, esas bolas rebozadas, rellenas de arroz con carne, calamares...

Se puede también seguir la pista a las vías interiores que ofrecen los palacetes, por las que abundan trattorias y en las que se hace de súbito el silencio. Conviene no perderse la carta de Santa Ágata (8) (Via Monte, 11-13; 0039 095 31 54 53), en cuya terraza dos hombres de avanzada edad se juegan a las cartas la pasta shutta del mezziogiorno.

El paseo por el centro incluye calles desconchadas con resabio a rito, nada arrogantes, y un adorable caos circulatorio que visto desde fuera tiene algo de espectáculo y desde dentro puede sacar de quicio. Pese a contar con distintas caras, Catania está vestida con arrugas, su propuesta estética incluye el desgaste y no por ello deja de ser detallista (¡qué balcones!, ¡qué mansiones!) ni de ceder la iniciativa al viajero con espontaneidad, por eso es ideal para el transeúnte intervencionista que nunca tiene bastante.

14.00 Picardías que resucitan a un muerto

Hay dos trattorias que definen Catania, Rosso Pomodoro - I (Via Coppola, 28-30; 0039 09 52 50 00 10) y De Fiori (Vía Coppola, 24-26; 0039 095 31 62 83), tanto es así que están una al lado de otra, como si competencia fuera una palabra en desuso. Por estas calles el viajero no dejará de ver pequeños salones de juego y corseterías añejas con modelos de ropa interior que resucitan a un muerto. El edificio del Teatro Máximo Bellini (10) (Piazza Bellini; 0039 09 57 15 09 21) es demasiado agradable de ver, de entrar, de quedarse. En el café librería La Tertulia (11) (Via Michele Rapisardi, 1-3) los letraheridos sabrán cómo divertirse.

En estas calles de Catania quedan estancos antiguos, talleres en los que todo se restaura, lavanderías en edificios neoclásicos. Y esa relojería de toda la vida, L'amico di tutti (12) (Via Vittorio Emanuele II, 134), en cuyo escaparate se vende el reloj calculadora Cassio a 6,10 euros bajo el epígrafe Orologi d'avantguarda.

Para probar vinos sicilianos, la vinatería Ostería Del Tempo Perso (13) (Via Montesano, 19; 0039 33 87 60 27 72). El viajero que deteste comer solo después de una copa, tendrá su sitio en la pizzería más auténtica, la que tiene al lado, Pizzeria del Centro (Via Montesano, 11; 0039 095 31 14 29), referente para los autóctonos que saben que, aunque los taburetes libres sean un sueño imposible, lo que está saliendo de ese antiguo horno de leña son las mejores pizzas del universo.

16.00 Trabajos manuales de los 'ragazzi'

Al atardecer apetece visitar el teatro Romano - N, que incluye el Odeón (Corso Vittorio Emmanuelle, 260; 0039 09 57 15 04 05) y la iglesia de San Francisco - O. Y dejarse llevar por calles que nos transportan a Nápoles. Los chicos aceleran las vespas, ejercen el rin-ro sin casco, a lo sumo con una gorra, y en las camisetas lucen emblemas como lavorare nuoce gravemente la salute (trabajar perjudica seriamente la salud). No van a clase, por supuesto. Van a divertirse a Internetteria (16) (Via Penninello, 44; 0039 095 31 01 39), donde la curiosidad del viajero (o tal vez la envidia) verá a los jóvenes hacer todo tipo de trabajos manuales y de anatomía.

Una vez allí, el viajero efusivo no se perderá los jardines de la Facultad de Jurisprudencia - Q, entrando por Largo Paisiello, que conectan con los Bellini y donde de vez en cuando hay Laureas en las que colarse y disfrutar de un cóctel por la graduación de quién sabe.

18.00 Arte en el extrarradio

Una ruta alternativa incluye la visita al barrio de Librino - R, donde el inclasificable Antonio Presti, mitad Mesías, mitad mecenas, ha intervenido inaugurando la Puerta de la Belleza, primer paso de un museo al aire libre que contará con obras de Marina Abramovic o Javier Mariscal. Una vuelta de tuerca a Catania, transición al turismo más profundo. Éste es un barrio que resiste bajo el influjo artístico de Presti, quien busca limpiar la cara de un espacio desolado a base de arte, y que fue proyectado por el arquitecto japonés Kenzo Tange en los años setenta.

22.00 Una jarana épica

La noche de Catania tiene un nombre: La Chiave (19) (Via Landolina, 64; 0039 34 79 48 09 10), el club mítico de la ciudad. Entre semana, las fiestas pueden alcanzar la épica. Esta calle de aspecto tranquilo se transforma por la noche, y el asfalto es tomado por la muchedumbre. Hasta tal punto existe devoción por los arancinos que a cuatro pasos de La Chiave se ha abierto L'Arancineria - T (Via Landolina, 68), lo que lleva el concepto al extremo. Porque en la carta se anuncian rellenos de Nuttella, salmón, cuatro quesos, ¡mantequilla!, alcachofas o gambas... A las tres de la mañana, cualquiera de estos basta, ¿qué no?

Más propuestas e información en la Guía de Italia

La turística plaza del Duomo de Catania.
La turística plaza del Duomo de Catania.ALESSANDRO SAFFO

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Sobre la firma

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Es autor de las novelas 'Los Baldrich', 'La estación perdida', 'Los buenos amigos' o 'Jauja' y del libro de viajes 'París'. Su obra narrativa ha obtenido varios premios. Es profesor en la Universidad Sciences Po de París. Como periodista fue Premio Pica d´Estat 2011. Colabora en El Ojo Crítico de RNE y en EL PAÍS. 'Verso suelto' es su última novela

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