Aralar busca consolidarse como primera fuerza de la izquierda 'abertzale' en su cuarto congreso
"Fortaleciendo la alternativa de la izquierda abertzale" será el lema del cuarto congreso de Aralar, previsto para los días 26 y 27 de septiembre en Pamplona. El coordinador general y fundador de la formación que se desmarcó desde sus inicios en 2002 de la violencia de ETA, Patxi Zabaleta, explicó ayer que éste será un congreso de "consolidación e impulso", después de que Aralar se convirtiera en la tercera fuerza del Parlamento vasco en los comicios de marzo, cuando pasó de uno a cuatro escaños.
Acompañado por el vicecoordinador Jon Abril, la parlamentaria Aintzane Ezenarro y la juntera Rebeka Ubera, Zabaleta destacó la necesidad adaptar los estatutos y la ponencia política de la formación a la nueva realidad económica -con la "crisis de las crisis" cebándose con los más frágiles- y política -el PNV ya no está en el gobierno-. "Somos la primera fuerza de la oposición de la izquierda abertzale en el Parlamento vasco, sin olvidar las ilegales", recalcó Zabaleta durante su intervención. También sostuvo que la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que avala la ilegalización de Batasuna no cambiará su posición en relación con la Ley de Partidos. "Nos parece altamente preocupante", afirmó refiriéndose al fallo judicial y argumentando que no dejar presentarse a una formación vinculada a una banda terrorista es "restrictivo para la democracia". Entre el dilema entre libertad y seguridad, sostuvo, se ha optado por la seguridad.
La formación también renovará sus comités ejecutivos del País Vasco, Guipúzcoa, Vizcaya, Álava y Navarra de cara a las próximas elecciones forales y municipales de 2011. Zabaleta eludió aclarar si seguirá al frente de la formación como coordinador general y avanzó que intentarán profundizar su relación con su equivalente vasco-francés, Abertzaleen-Batasuna. Sobre el pacto de estabilidad institucional planteado por el PNV a todas las formaciones, Zabaleta reconoció que ya han recibido una invitación para mantener una reunión, aunque de momento no se ha concertado.
