El portal de Salburua
Ataria, el centro de interpretación de las lagunas de Vitoria, abrió ayer sus puertas con una previsión de 50.000 visitantes al año
Dos mil metros cuadrados de superficie en salas de exposiciones, talleres y hasta cafetería, en un edificio de madera y cristal que se prolonga en una impresionante atalaya en forma de lanzadera de 20 metros de largo suspendida sobre un pequeño lago. Ayer, año y medio después de lo previsto, abrió sus puertas al público Ataria, un centro de interpretación de los humedales de Salburua a la altura de la categoría que se les ha reconocido a estas lagunas del este de Vitoria, la reserva de agua dulce más importante del País Vasco. El alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, presentó esta dotación, sobre todo didáctica,que tiene prevista una afluencia de 50.000 visitantes anuales.
El edificio, en uno de los extremos del complejo lacustre, junto a la nueva sede de la Caja Vital, el Buesa Arena o la ciudad deportiva del Baskonia, invita al respeto a la Naturaleza. O, al menos, a la consideración de que humedales como Salburua, en las afueras de una ciudad de 250.000 habitantes, son un lujo que merece todo el cuidado del mundo.
Los visitantes harán un test en el recorrido que decidirá el futuro de las legunas
La inversión no se ha olvidado de los contenidos interactivos y de los niños
Quizás por ello, la primera propuesta que recibe el visitante, nada más acceder al centro, es la realización de un test a lo largo del itinerario expositivo que concluye con un diagnóstico, en función de sus respuestas, sobre el futuro de las lagunas. En manos de cada persona queda el que se mantenga viva su biodiversidad, que se sequen o que se conviertan en una urbanización.
No hay que olvidar, como se recuerda al principio de la muestra permanente, que el humedal (manifestación externa del acuífero de Vitoria) se desecó en su tiempo para recuperar sus 200 hectáreas como terreno cultivable. En 1994 se comenzó a recuperar y con el regreso del agua a la superficie volvió la vida. En la actualidad, la variedad de plantas, insectos y animales es inmensa. Desde el placton microscópico del que se alimentan peces y anfibios hasta los ciervos que pastan en las praderas cercanas, o las garzas y gansos que vuelan sobre las lagunas.
Ataria es un proyecto del estudio de arquitectura QVE, formado por los jóvenes José María García del Monte y Ana María Montiel y su construcción ha tenido un presupuesto final de 5,5 millones, mientras que el equipamiento ha ascendido a 1,3. Una inversión que se aprecia en los contenidos interactivos y en la calidad de los audiovisuales que recorren la exposición, como el que recrea la vida a lo largo de un año en una zona concreta del humedal, con efectos de viento y lluvia incluidos.
El centro de interpretación no se olvida de los más pequeños, con una sala de juegos, que recrea un pequeño bosque, y de los miles de estudiantes cuya visita está prevista para los que se han editado fichas prácticas y un completo programa didáctico.
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