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DESDE MI SILLA DE RUEDAS | TOUR 2009 | Séptima etapa
Columna
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La historia dice que...

Tengo un amigo que, entre otras aficiones, gusta de soltar alguna que otra afirmación -que sea o no verdadera es indiferente- a la que ha introducido previamente con una curiosa coletilla: "la historia dice que...". Es decir, que es de los que en vez de llamarte directamente feo, te diría con aire de seriedad: "la historia dice que el aspecto de Horrillo está siendo gravemente perjudicado con el paso del tiempo". Gracioso mi amigo.

Ayer me acordaba de mi amigo y de sus coletillas cuando terminó la etapa. Tantas cosas dice la historia que ayer no se cumplieron. La historia dice que la primera etapa de montaña del Tour suele ser un día de sorpresas. Esto se cumplió, demos la razón a la historia, pero si entramos a bucear en qué tipo de sorpresas son las que ha deparado la historia, quizá entonces ya no estemos tan de acuerdo.

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La historia dice que la primera etapa de montaña suele ser un día de guerra entre los favoritos. Ya tendrán oportunidad las escapadas en días sucesivos, pero el primer día de montaña es día para que los jefes de filas demuestren el porqué de su condición. Etapa y liderato para uno de ellos, así suele ser. Y siempre hay algún, por cierto, al que se le atraganta ese día, según la historia. Dicen que siempre hay alguno que paga la tensión de la primera semana, o que demuestra no haber llegado tan bien de forma, o al que se le indigesta el cambio de desarrollos, eso de pasar de mover el plato de 54 dientes al de 39 y el piñón de 11 coronas al de 23.

También dice la historia que si estás en tu primer año de profesional, y tienes la suerte ya entonces de debutar en la carrera de las carreras, el Tour de Francia, bastante contento deberías estar sólo con ello, así que no te marques objetivos mayores, como podría ser por ejemplo ganar una etapa. Soñar es gratis, pero hay que ajustarse a la realidad. Y como mucho, y esto ya siendo muy afortunado, podrás luchar por ganar en una escapada consentida en uno de esos -mal- llamados días de transición. Y eso, si suena mucho la flauta y si se da la difícil circunstancia de que ninguno de tus compañeros de fuga demuestre ser más fuerte, más hábil o más listo que tú. Tarea complicada, por tanto. Y si ya hablamos de ganar una etapa de montaña, con final en alto a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, ya no hablaríamos de sueños, sino que-aprovechando la inspiración de Dalí en la etapa del día anterior, nos moveríamos en el terreno del surrealismo; de una realidad paralela regida por leyes alternativas.

También dice la historia que pocos son los que de repente se ven recompensados con el maillot amarillo del Tour, el que distingue al líder, en el día en el que menos se lo esperan. Nocentini se metió en la fuga del día buscando la victoria de etapa en la cima de Arcalís. No se llevó el premio gordo, pero se llevó uno aún mejor: ser el inesperado líder de la mejor carrera del mundo. Desde aquí mi enhorabuena Nocen, y espero que te dure.

La historia dice que ayer ganó Brice Feillu, un joven neoprofesional de tan solo 23 años del Agritubel. Y que el nuevo líder es Rinaldo Nocentini, del AG2R. Y eso quedará así escrito, porque es la historia quien lo dice.

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