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Reportaje:TOUR 2009 | Quinta etapa

Chicos bien, moral alta

El séptimo puesto en la crono por equipos reactiva al Caisse d'Épargne, que ya piensa en positivo

"¡Qué diferencia, ahora vienen a vernos!". En seis palabras resumía Pascale Schyns, la responsable de prensa, el nuevo estado de ánimo del Caisse d'Épargne tras la contrarreloj del martes. El espíritu de Kubala, "chicos bien, moral alta", dibujaba los nuevos trazos de un equipo que se antojaba deprimido o, cuando menos, desorientado. Lo ratificaba el joven sprinter José Joaquín Rojas cuando aseguraba que "tras la crono, donde esperábamos más pero no todos los días son fantásticos, estábamos un poco perdidos y hemos encontrado por fin nuestro sitio. Hoy estamos entre los seis o siete mejores equipos del Tour". Como en la canción que Luis García Montero le escribió a Joaquín Sabina, el equipo de Eusebio Unzue pasó en Montpellier "al otro lado de la nube negra".

"Aún estamos influidos por la ausencia de Valverde, cuesta olvidarle", dice Unzue
"Tenemos que dejarnos ver; somos un grupo batallador", proclama Rojas

La nube negra era la ausencia de Alejandro Valverde, dolor y excusa a la vez para caer en la depresión. Equipo sin un líder para la general, joven, inexperto... Desorientado. Todo cambió en 39 kilómetros. Ahora los mensajes son positivos "sin que consiguiéramos un resultado magnífico, pero con la autoestima elevada sobre todo por haber sido los mejores en el primer tramo", asegura el director del equipo, Eusebio Unzue, "teniendo en cuenta lo que teníamos enfrente".

Más que un propósito de la enmienda, era una catarsis lo que el Caisse d'Épargne vivía en el autobús en la salida de Cap d'Agde. "Depresión no había", afirma Óscar Pereiro. "No conseguimos nuestro objetivo en la contrarreloj de Mónaco y luego no ha habido ocasión de demostrar la valía del equipo". Una valía que Rojas consideraba demostrada "en la Dauphiné Libéré, en Cataluña y en la Vuelta a Suiza".

Nunca un séptimo puesto olió tanto a victoria interior. El equipo está bien, la moral se ha elevado "y hay que dejar de acudir a la ausencia de Valverde" como excusa para todo, "porque los que estamos aquí tenemos que hacer el mejor papel posible", afirmaba Pereiro y, según Rojas, "dejarnos ver, porque somos un equipo batallador y muy agresivo".

Antes y después de San Fermín, las ojeras de la duda han dado paso a la sonrisa sincera. Unzue se lo dijo "a los chicos" por la mañana en la charla habitual: "Esa etapa debe servir para recuperar la moral. Aún estamos bajo la influencia de la ausencia de Valverde y nos cuesta olvidarlo, pero ya hemos demostrado nuestro nivel verdadero".

Ahora toca Barcelona y al otro lado de la nube negra se ve el sol, aunque amenace lluvia. "No es fácil. Era una llegada ideal para Valverde (otra vez el ciclista murciano) pero aunque sea difícil sorprender a los favoritos, Freire, Hushovd o Haussler, igual algún sprinter se despista y tenemos opciones con Rojas, Luis León o Urán". Rojas también reclama su sitio en el portalón de los sueños: "El final me gusta bastante y aunque hay que respetar a los principales candidatos, ¿por qué no se puede dar la sorpresa?".

Y todo así, con otra cara y, sobre todo, otra actitud, hasta el punto de que ayer por vez primera se vio durante muchos minutos a los corredores del Caisse d'Épargne en cabeza del pelotón principal, buscando quizás más que una estrategia de equipo, hacer visible su autoestima, incluso su presencia en vísperas de entrar en España, ese suplemento añadido a las dosis de adrenalina. Tan felices estaban que a Pereiro le preocupa. "Según me han dicho desde Barcelona, hay previsión de lluvia y sería una pena en un día tan señalado". La nube negra ha dado paso a la nube blanca.

El Caisse d'Épargne, en la contrarreloj por equipos del martes.
El Caisse d'Épargne, en la contrarreloj por equipos del martes.EFE

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