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Primer paso para juzgar a Camps

El jefe del Consell vuelve a recurrir a Blasco para ordenar los mensajes

El desconcierto se apodera de los populares que intentan retomar la iniciativa

El desconcierto que se ha apoderado, nuevamente, de los populares en los últimos días ha hecho que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, decidiese recurrir ayer a su consejero de Inmigración, Rafael Blasco, para que este intente poner en orden el argumentario popular.

Con amplias mayorías absolutas en las principales instituciones de gobierno, los populares tan sólo han conseguido el objetivo de mantener prietas las filas y que el PP nacional ratifique su confianza en Camps, pero no han logrado contrarrestar el argumentario de la oposición. Una situación agravada por la transmisión de mensajes confusos y desafortunados, como el ejemplo de las anchoas de Rita Barberá o los "dos escaloncitos" que según Camps le faltan al proceso.

Blasco compareció ayer para intentar fijar el argumentario del PP por encima, incluso, del contenido del propio auto del Tribunal Superior de Justicia. El consejero de Inmigración, que ya fue reclutado por Camps en la precampaña electoral al Parlamento Europeo para reordenar el argumentario y recuperar la iniciativa, insistió ayer en las ideas fuerzas que pretende difundir el Consell: "el auto es un simple trámite procedimental": "no hay delito probado y ello nos acerca a la resolución"; "Camps es una persona honesta e intachable"; y los socialistas han entrado en una deriva basada simplemente en las denuncias judiciales.

"Mi convicción es que [Camps] no se va a sentar ante la justicia, porque no hay ninguna prueba de cargo y hay que esperar a la decisión de la sala del TSJ", dijo Blasco, que añadió: "Cuando el TSJ archive el asunto la oposición dirá que ha habido presiones sobre la mayoría conservadora [de los jueces] y los socialistas seguirán su campaña". "Llevarán al juzgado a los Reyes Magos antes de Navidad", sentenció.

Fuentes del PP indicaron que, en esta ocasión, el papel de Blasco -fuera de campaña electoral- tropieza con más dificultades, ya que se halla en una consejería marginal y la estrategia de Camps acumula tantos errores que será muy costoso reconducirla.

De hecho, en el seno del PP se reconoce que el acto político montado el pasado martes en Alaquàs, municipio que gobierna con mayoría absoluta el secretario general del PSPV, Jorge Alarte, fue un error que no se tuvo que haber cometido. La imagen de los trajes, los silbatos y los miembros del Consell entrando a prisas y a hurtadillas en el auditorio donde se celebró el mitin no han contribuido precisamente a presentar la imagen de fortaleza que se pretendía ofrecer, según confiesan en las filas populares.

Aún así, el secretario regional del PP, Ricardo Costa, emitió una nota en la que responsabilizó a los socialistas de intentar reventar el mitin popular, "lo que da una imagen clara de que los socialistas no entienden en qué consiste la democracia". "Hubiera bastado una sola palabra de Alarte a los cargos y simpatizantes socialistas para que el acto se desarrollara con total normalidad, pero en lugar de eso prefirió alentar la crispación, el insulto y la rabia".

En este contexto, los socialistas insistieron ayer en seguir colocando el acento en las numerosas contradicciones de los populares.

La secretaria de Organización del PSPV-PSOE, Elena Martín, replicó que en su opinión es "indignante" que Costa, "imputado por cohecho y un mentiroso compulsivo, pretenda dar lecciones de democracia".

La dirigente socialista recalcó que Costa tuvo que ir al mitin a "dar la cara" porque el presidente de la Generalitat "no tuvo el valor suficiente para presentarse ante centenares de ciudadanos y ciudadanas a los que había mentido repetidas veces sobre quién pagó sus trajes".

Por su parte, el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ricardo Peralta, argumentó: "Hubo quien manifestaba que tenía unas ganas locas de declarar [Camps] y, llegada la ocasión, ha decretado silencio y nos han anunciado que no van a hablar de ese tema. Alguien que ha faltado a la verdad".

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