La velocidad y el tocino
Parece ser que la velocidad sí que tiene que ver con el tocino, y por tocino entiéndase Panhispánico de dudas, pues no podía imaginar que disfrutaría tanto de mi afición por las motos como de mis consultas al mencionado diccionario... ¡al mismo tiempo!
Con cada Gran Premio, el comentarista deportivo realiza tal locución de los acontecimientos que tanto las carreras como la fraseología popular se vuelven trepidantes, el jolgorio de una filóloga con espíritu motero. "Allí donde Cristo perdió la gorra", "se arrima al culín de la moto", "no arroja la cuchara", etcétera (son años de televidencia), y ya el éxtasis sobrevino este domingo en Laguna Seca: "Les va a mojar la oreja de la mano" (¿?).
¡Cuántos correctores estamos en paro!, pero en el fondo le agradezco mucho a Ernest su imaginación febril, que me alegra los domingos de motos y me refresca la profesión. Y si no me publican esta carta, tampoco me molesto, porque ya se sabe: "En casa de herrero... una sombra le cobija".
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