La amenaza de un oligopolio de cajas turba a las Cámaras
Camps exhorta a los partidos y la sociedad a centrarse en la economía
El presidente del Consejo Superior de Cámaras, Javier Gómez-Navarro, aludió ayer en Valencia a la preocupación que sienten los empresarios por la reestructuración del mapa financiero en España, que simplificará el número de cajas de ahorros. Según explicó, la actitud de los empresarios respecto a las fusiones es positiva, sin embargo, albergan una gran inquietud por si la reducción de entidades es tan profunda que se genera un oligopolio que haga imposible la competencia y, por tanto, restrinja sus posibilidades de negociar créditos.
El presidente del Consejo Superior de Cámaras admitió que en la situación actual el sistema tiene que ser "mucho más competitivo y eficaz" y que deberá tener "menores costes de intermediación", para lo que las entidades deben reducir el número de oficinas. Asimismo, reconoció que algunas de estas entidades no tienen dimensión para competir en el nuevo escenario y, además, se les va a complicar su situación al caer los ingresos de sus hipotecas como consecuencia de la reducción del Euribor.
Las Cámaras aprueban una resolución contra el cierre de Garoña
En la línea del paquete de propuestas realizadas por las Cámaras ante la crisis, Gómez-Navarro, reclamó un plan para el sistema financiero que permita el ajuste y la recapitalización necesaria, por parte del Gobierno, para mejorar el suministro de créditos a las empresas. En ese sentido, insistió en que el flujo bancario no está llegando a las pymes.El vicepresidente económico del Consell, Gerardo Camps, insistió ayer en que el Gobierno valenciano no descarta ninguna fusión entre las dos principales cajas valencianas, Bancaja y CAM, pese a que ambas entidades manejan otros planes. Camps, que tampoco rechazó que se puedan producir alianzas de éstas con entidades de otras comunidades autónomas, aseguró que de momento no ha habido reuniones oficiales entre el Gobierno valenciano y los responsables de las cajas.
Asimismo, hizo hincapié en que las fusiones dependen de las necesidades económicas, por lo que no vio razón para descartarlas. En ese sentido, reiteró que en el caso de que se cierre una operación de fusión y el Consell tuviera que ejercer el derecho a veto, no lo haría con criterios políticos sino económicos.
Las palabras del vicepresidente económico se cruzaron ayer con la inquietud del Consejo Superior de Cámaras ante la posibilidad de que la reducción de entidades planteada por las fusiones, que disminuirá el margen de negociación de las empresas, pueda generar un oligopolio financiero. Este organismo debatió ayer en Valencia el informe Propuestas ante la crisis, elaborado por 88 Cámaras españolas, y luego celebró un pleno con motivo del centenario de la celebración de la Asamblea General de Cámaras de Comercio organizada en 1909 en el marco de la Exposición Regional Valenciana, en el que aprobó una declaración contra el cierre de la central nuclear de Garoña.
El presidente de la Cámara de Valencia y vicepresidente del Consejo Superior de Cámaras, Arturo Virosque, que ayer evitó pronunciarse sobre una posible fusión entre Bancaja y la CAM, comparó la situación de transformación y crisis actual con la que se vivió hace un siglo, cuando los representantes de las Cámaras españolas celebraron su primera asamblea en Valencia en busca de soluciones.
Virosque afirmó que muchas de las soluciones para la crisis actual están apuntadas en el documento que ayer debatió el pleno del Consejo Superior de Cámaras y pidió a políticos y empresarios que se convierta en su libro de cabecera. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, cerró el pleno con palabras de agradecimiento a los representantes de las Cámaras, de quienes dijo: "Vienen con el mismo ánimo que entonces, excepto con el canotier". Camps exhortó a los partidos y la sociedad a centrarse en la economía y a "dejar las discusiones para otro momento".
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