Pontevedra y Sanidade se enfrentan por la ubicación del nuevo hospital

Cuando el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció el viernes su propuesta de construir un nuevo hospital en Pontevedra en lugar de ampliar el actual, el alcalde de la ciudad, el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores, ya mostró su desacuerdo con el plan. Aun así, no quiso valorar la decisión de la Xunta hasta reunirse con la conselleira de Sanidade, Pilar Farjas. El encuentro se produjo ayer, pero tampoco sirvió para acercar posturas. Aparte del proyecto en sí mismo, Lores discrepa de la propuesta de ubicación del nuevo centro que avanzó ayer la conselleira: el Monte Carrasco, en la parroquia de Marcón, "donde existen 20 hectáreas de terreno muy próximas al núcleo urbano y con muy buenos accesos", explicó.

El Ayuntamiento rechaza la propuesta de ubicación -"disparatada e inasumible", según el concejal de Infraestructuras, Cesár Mosquera- porque considera más adecuado construir el nuevo centro en la zona de Montecelo, detrás del hospital actual. Allí, explicó Lores, hay una parcela suficientemente extensa para edificar un nuevo centro que, según el alcalde, "sólo tiene sentido si funciona como un complemento del hospital de Montecelo". Farjas, en cambio, sostiene que precisamente porque el proyecto inicial está planeado en esa zona, hay "graves incertidumbres acerca de la viabilidad del proceso de construcción y de los costes", y "muchas dificultades al tener que convivir las obras con la funcionalidad sanitaria del hospital".

El plan de la Xunta, un diseño "modular y más flexible" que prevé un centro con unas 400 camas, es un "proyecto con futuro", insistió Farjas, "que se contrapone al proyecto cortoplacista e ineficiente" de la ampliación del hospital. El bipartito ya invirtió en ella más de 40 millones de euros.

Pero al margen de la ubicación, lo que más preocupa a Lores es el cumplimiento de los plazos, que Feijóo estableció en un máximo de 66 meses, los mismos que estaban previstos para la ampliación de Montecelo. El presidente adelantó también que las obras podrán comenzar en 2011 y se mostró dispuesto a dejar por escrito este compromiso. Los tiempos se mantienen, pero aumenta el presupuesto, 180 millones de euros, frente a los 140 del anterior proyecto.

Mosquera considera que la propuesta es una "decisión precipitada", y aunque Lores ofreció su colaboración por "la necesidad imperiosa de ejecutar ya una mejora en la asistencia del área norte de Pontevedra", puso como condiciones que la modificación del proceso "no signifique un retraso", que se pongan por escrito los plazos y los presupuestos y que "la gestión del centro sea pública".

La Consellería de Sanidade asegura que "en cualquiera de los escenarios, la gestión de la asistencia será 100% pública", pero no aclara, como en el caso de Vigo, si el nuevo centro se financiará, en parte, con capital privado.