Suez agita Vainmosa para reforzar su posición en Aguas de Valencia
La compañía reparte un dividendo bruto entre los accionistas de 5,8 millones
Suez Environnement aprovechó la junta de accionistas de Aguas de Valencia para mostrar dos caras: la amable, de colaboración, y la pérfida, de confrontación. El representante de la multinacional francesa, Pierre Achard, emuló a Yasir Arafat cuando compareció en la ONU con un fusil y una rama de olivo. Insinuó un camino hacia el entendimiento, pero bajo la amenaza de su disposición al conflicto por el rechazo que sufre por parte de los socios mayoritarios (Banco de Valencia y Fomento Urbano, con el 60,68% de las acciones), que barran el paso a sus pretensiones de ser el socio tecnológico de la compañía.
El representante de la multinacional francesa, que posee 648.016 acciones (33%), apuntó su artillería hacia las sombras que envuelven la privatización por parte de la Diputación de Valencia en 1998 del 49% de la Empresa General Valenciana de Agua (Egevasa), adquirido por Vainmosa Cartera, una sociedad participada por el Banco de Valencia y el BSCH como socios financieros, y Facsa y Lubasa como socios industriales.
Achard esparció las sospechas sobre una junta que la OPA de exclusión ha reducido a formato breve y hurgó en las aportaciones no dinerarias que suscribieron Facsa y Lubasa y que, según argumentó Aguas de Valencia por boca del secretario del consejo de administración, César Albiñana, carecen de plazo de ejecución por su naturaleza contractual, no tienen trascendencia patrimonial y, además, corresponde a la Diputación determinar si se han satisfecho o no.
Con todo, la junta aprobó por unanimidad facultar al presidente de Aguas de Valencia, Eugenio Calabuig, que mantiene un vínculo familiar en Facsa, para esclarecer con la Diputación y esas empresas, que ya no están en Aguas de Valencia, el estado de estas aportaciones no dinerarias.
Achard insistió en la disposición de Suez de colaborar y participar en Aguas de Valencia de forma activa, aunque según desveló Albiñana, ha impugnado a través de una filial de Aguas de Barcelona, en la que la firma francesa tiene la mayoría junto La Caixa, los concursos que la compañía valenciana ganó en Sagunto y Gandia.
Aguas de Valencia cerró 2008 con un beneficio neto consolidado de 14,9 millones (un 2,5% más que en 2007). Estos resultados le han permitido repartir entre los accionistas un dividendo bruto de 5,8 millones (3,09 euros por acción) y aumentar las reservas en 8,8 millones. En la reciente OPA de exclusión adquirió 77.689 acciones por las que ha pagado 11.722.000 euros. Para 2009 tiene el objetivo de repetir el beneficio neto de 2008, si bien espera superarlo.
El consejo defiende a Víctor Campos
El consejo de administración de Aguas de Valencia cerró filas ayer ante la demanda de un accionista minoritario, Alfonso Leal, que puso en tela de juicio la legalidad de que el ex vicepresidente de la Generalitat Víctor Campos, continúe siendo consejero pese a estar imputado en un proceso judicial.
Campos, que además fue consejero de Justicia y Administraciones, fue imputado por el juez Baltasar Garzón, junto al presidente Francisco Camps y otros cargos del PP, de recibir trajes de una de las empresas de la trama corrupta dirigida por Francisco Correa. Además, compareció ante el juez instructor José Flors en esa condición el pasado 19 de mayo.
Sin embargo, el secretario del consejo de administración, César Albiñana, aseguró que, pese a que existe un artículo en el reglamento de la entidad que obliga a dejar el consejo a los imputados, no se da el supuesto en el caso de Campos. "No debe poner el cargo a disposición porque no está procesado: no hay imputación judicial formal". Albiñana fue más lejos todavía: "El consejo está convencido de la honorabilidad de Víctor Campos".
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