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Crónica:Copa Confederaciones 2009
Crónica
Texto informativo con interpretación

EE UU ríe el último

El conjunto norteamericano le esconde el balón a Egipto y lo ejecuta al contragolpe

Michael Bradley es el hijo del seleccionador de Estados Unidos, Bob Bradley. Es mediocentro y juega en el Borussia Moenchengladbach. Tiene 21 años y su aspecto de niño distinguido y pulcro debe de ser un resabio de sus años formativos en Princeton. Bradley parece un estudiante de universidad de pago. También es un buen jugador. Elegante y astuto. Su contribución fue decisiva para desconectar el medio campo de Egipto y dar el mazazo que metió a su selección en las semifinales de la Copa Confederaciones.

Estados Unidos logró una proeza contra todas las previsiones. Para pasar de ronda dejó en la cuneta al campeón del mundo y al campeón de África. Egipto llegó al partido convencida de su poder. Venía de apretar a Brasil y de ganar a Italia. Sin embargo, no consiguió imponer su ventaja técnica ante Estados Unidos. Síntoma de inmadurez. También de fatiga. Sin su estrella, el escurridizo Zidan, a los egipcios les resultó insoportable enchufarse al partido. Lo aprovecharon los estadounidenses, que jugaron con inteligencia y se apropiaron del balón.

EGIPTO 0 - ESTADOS UNIDOS 3

Egipto: El Hadary; Fathi (Said, m. 56), Hani,Gomaa, Farag; El Mohamadi, Shawky, Hosni; Abdelghani (Abugrisha, m. 62), Abutreika y Eid (Hassan, m. 50). No utilizados: Wahid, Sobhi; Fathalla, Khairy, Homos, Tawfik, Moawad, Raouf y Zidan.

Estados Unidos: Guzan; Spector, Onyewu, DeMerit, Bornstein; Dempsey, Bradley, Clark, Donovan; Davies y Altidore (Felihaber, m. 69). No utilizados: Howard, Robles; Bocanegra, Casey, Pearce, Beasley, Wynne, Claiff, Adu y J. F. Torres.

Goles: 0-1. M. 21. Davies. 0-2. M. 63. Bradley. 0-3. M. 71 Dempsey.

Árbitro: Michael Hester (N. Zelanda). Amonestó a Spector, Bradley y El Mohamadi.

Royal Bafokeng Stadium: unos 35.000 espectadores.

Al campeón africano le resultó insoportable enchufarse tras una semana de euforia
Elegante y astuto, Bradley desconectó al medio campo egipcio y marcó el segundo gol
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Sorpresa entre la indiferencia

La táctica consistió en aislar a Ahmed Eid, Rabbou y Shawky, los directores del juego egipcio, para que no recibieran en condiciones. Cuando Egipto tuvo el balón, Estados Unidos le presionó arriba, sin tregua, con la contribución de todos sus hombres, empezando por los centrales y terminando por Altidore, un punta omnipresente que bajó a ayudar a sus compañeros apretando y descargando con sentido cada vez que le dieron la pelota. Estados Unidos no es un equipo fastuoso, pero supo cumplir con las máximas del oficio. Supo competir con generosidad. El resultado es que Egipto, la revelación del torneo, se vulgarizó.

Perder el balón resultó fatal para un equipo que se siente seguro con el toque y la pausa. Egipto empezó a jugar en largo, con precipitación, y Estados Unidos explotó el desorden para atacar los espacios y buscar el remate. Charlie Davies lo aprovechó con una arremetida de tanque. Pisó el área y su remate pegó en el portero, El Hadary, que no consiguió evitar el gol. Mérito de Davies, que compensó su falta de habilidad con tesón y agresividad.

El gol desencajó más a Egipto. Nada funcionó en el equipo africano, a excepción de su banda derecha, donde se prodigaba El Muhamadi, y de Abutreika, excelente delantero. Los rebusques de esta pareja fueron la única respuesta al dominio norteamericano.

De principio a fin, el partido estuvo en el bolsillo de Bradley, que dio un golpe decisivo avanzada la segunda parte. Robó el balón frente a su área y avanzó con clase. Cuando se aproximó a El Hadary, tocó con Donovan, que le devolvió el pase templadito para el disparo. Fue adentro.

La entrada de Hassan no sacó a Egipto del aprieto. Al revés. Cayó en picado ante la lógica precisa del juego de su rival. En un contragolpe, tras un centro de Spector desde la derecha, cabeceó Dempsey ante la inoperancia de la defensa. El gol dejó a Egipto, que venía de celebrar una fiesta, camino de un funeral.

Davies se escapa de dos defensores egipcios y del portero, El Hadary.
Davies se escapa de dos defensores egipcios y del portero, El Hadary.REUTERS

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