Retratos con moño
La Fundación Rosengart reúne obras de Klee y Picasso en Lucerna
Con sólo 16 años se compró su primer Paul Klee. Le costó un mes de trabajo gratis en una galería de arte y 50 francos. Angela Rosengart, una entrañable dama de 77 años, tiene hoy más de un centenar de cuadros del genial pintor suizo y una fundación de arte en Lucerna. Los capítulos de su vida se escriben a través de obras de arte. Junto a su padre, Siegfried Rosengart, aprendió el oficio de marchante. "Él siempre me decía que esta profesión tiene sentido si lo haces con el corazón", explica. Con el corazón fueron acumulando una serie de obras que compraron a buen precio porque entonces los artistas no eran muy conocidos. Estas pinturas conforman hoy la colección privada de la Fundación Rosengart, abierta en 1992 en Lucerna, en un edificio que antes ocupaba el Banco Nacional de Suiza.
Junto a una extensa representación de obras de Klee -una de las colecciones privadas más importantes, que completa el Museo Klee de Berna alojado en un interesante edificio proyectado por Renzo Piano- convive una treintena de pinturas de Pablo Picasso, en su mayoría realizadas después de la Segunda Guerra Mundial. Y obras de, entre otros, Camille Pisarro, Claude Monet, Henri Matisse, Fernand Leger, Marc Chagall.
Pocos tienen la fortuna de pasear por la fundación escuchando las explicaciones de Angela Rosengart, aunque ella siempre está ahí, pilotando la nave. La historia de la colección empieza en 1937, cuando Siegfried Rosengart recibió una obra de Cézanne valorada en 10.000 francos como compensación por su trabajo durante 17 años llevando la galería Thannhauser en Lucerna. El padre de Angela, que nació en Múnich y emigró a Suiza en 1920, se acabó convirtiendo en el propietario de esta galería y siguió con ella hasta el final.
El cuadro que compró Angela a los 16 años, Little X (1938), es uno de los 125 trabajos que hay de Klee en la fundación, dibujos y pinturas realizados entre 1910 y 1940 que muestran el estilo geométrico, densamente cromático y musical del extraordinario pintor.
Angela Rosengart se detiene ante un cuadro de Picasso, Retrato de un pintor, después del Greco (1950). "Fue muy amigo de la familia. Mi padre conoció a Picasso en 1914. Yo lo hice en 1949 y me pintó cinco retratos. Era un hombre fascinante con un look penetrante. Cuando entraba en una habitación, ya no veías nada más", explica Rosengart frente a sus retratos. En el primero, ella luce el pelo rizado. Después cambió su pelo por un moño bajo. A Picasso, el cambio no le pasó por alto: la pintó de nuevo y así se la ve en el resto de los retratos, con el moño, que aún conserva. "En los años sesenta surge un Picasso completamente diferente. A la gente le resultó difícil aceptar el nuevo estilo". Junto a las pinturas se puede observar una extensa colección de fotografías del americano David Douglas Duncan, también amigo de Picasso, e imágenes que Angela y su padre captaron del pintor en Mougins y Cannes.
Angela Rosengart está orgullosa de su trabajo, que dirige con un pequeño equipo de colaboradores. "No quería que mis obras fueran a parar a un museo. Las exhiben durante un tiempo y luego las llevan a un almacén", lamenta. Ella prefiere su fundación y su ciudad, Lucerna.
» Fundación Rosengart (www.rosengart.ch; 00 41 41 220 16 60). Pilatusstrasse, 10. Lucerna. Precio de entrada: 12 euros.
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