Los índices plantean problemas de plazos

Los indicadores macroeconómicos continúan ofreciendo versiones contradictorias sobre el ritmo de ralentización de la recesión y, por tanto, del posible inicio de la recuperación.

Cada nuevo dato que llega al mercado confirma lo incierto del proceso económico y lo apresurado de la reacción de los inversores, aunque, a pesar de ello, las cotizaciones parecen muy lejos de hundirse, pues en los mercados parece que cualquier rebaja ya es suficiente.

El Ibex 35 acusó de nuevo la incertidumbre dominante, y la sesión estuvo llena de altibajos que, al cierre, dieron como resultado un recorte del 0,22%.

Lo mejor de esta jornada es que el Ibex 35 quedó por debajo del nivel de los 9.500 puntos, una zona en la que no hay compromisos urgentes con los soportes y que, por tanto, resulta cómoda para los inversores.

El índice de confianza económica en Alemania para el mes de mayo mostró su mejor nivel en tres años, aunque como indicador tan sólo refleja expectativas no vinculantes. Al otro lado del Atlántico, el único indicador positivo fue el de inicio de construcción de viviendas del mes de mayo, que creció el 17,2% tras bajar el 12,9% en abril.

Por el contrario, la producción industrial siguió descendiendo en ese mes, al igual que la capacidad industrial en uso. En parte por la escasa demanda que muestran estos datos, los precios al productor registraron su mayor caída anual en casi 60 años, aunque el dato mensual resultó ser positivo.

La reacción de la Bolsa de Nueva York ante estos datos fue negativa, con una caída del 1,25%, pues indican que el final de la recesión pudiera no estar tan cerca como parecía y que la recuperación se retrasará en igual proporción. Inversores y analistas están en estos días muy preocupados con la cuestión de los plazos de la recuperación, sobre todo cuando es evidente que el actual nivel de las cotizaciones ya incluye cierta inmediatez.

El sector bancario español siguió con la difícil digestión de la masiva rebaja de calificación anunciada el día anterior por la agencia Moody's. En cierto modo, ese anuncio parece servir de telón de fondo para el fondo de reestructuración que prepara el Gobierno y que, según opiniones muy extendidas, puede cambiar el panorama financiero español a medio plazo.