Huesos de aceituna que dan calor

En el hotel Sierra de Cazorla (La Iruela, Jaén), en pleno parque natural, los huesos de aceituna tienen más de un uso. Las dos calderas de producción de agua caliente, con una potencia de 350 kilovatios cada una, tienen por combustible los residuos de una almazara cercana. También valdrían cáscaras de almendras, de naranjas, de piña o astillas de madera. Es la biomasa, la parte biodegradable de productos y restos de la agricultura y la industria, que en este hotel de Jaén sirve para calentar el agua de todas las habitaciones y el spa.

El hotel Sierra de Cazorla de La Iruela ha recibido de la Agencia Andaluza de la Energía, dependiente de la Consejería de Innovación, un incentivo de 100.878 euros para desarrollar este proyecto. La inversión necesaria era de 190.470. La Junta quiere potenciar la biomasa como fuente energética. Andalucía cuenta con un importante potencial de biomasa, 3.447 kilotoneladas equivalentes de petróleo al año. Es, según datos de Innovación, el 19% del total del consumo de energía primaria en Andalucía en 2007. Procede, sobre todo, del olivar y de la industria del aceite.

La Junta quiere potenciar la materia orgánica como fuente energética

Dos hoteles de Jaén y Granada utilizan este sistema con incentivos

La biomasa es materia orgánica procedente de las huertas, de las plantas forestales, de residuos industriales y de las ciudades. A través de diversos procedimientos de transformación, se puede utilizar como energía obteniendo calor, electricidad o energía mecánica. Hay biomasa natural, disponible en cualquier ecosistema, y residual, la que procede del desarrollo de actividades industriales como las podas del olivar, los aprovechamientos de los bosques, los vertederos, o cultivos pensados para generar esta biomasa.

Andalucía es pionera en España en la biomasa del olivar. Existen siete plantas de generación de energía eléctrica con orujillo, con una potencia total instalada de 67 megavatios, lo que da una capacidad de consumo de 422.000 toneladas al año.

El resto, 262.000, se usan para consumo térmico. Además, hay 15 plantas de biomasa eléctrica, que utilizan restos de invernadero, orujo, orujillo y madera. Hay dos en Almería, ocho en Córdoba, una en Huelva, dos en Jaén y dos en Málaga.

En este sector la comunidad andaluza es líder con 164,2 megavatios, el 44% del total nacional. La biomasa da electricidad anual a 246.300 viviendas. A este potencial hay que sumar otras 14 plantas de biogás procedentes de aguas residuales y desgasificación de vertederos de residuos sólidos urbanos, que aportan otros 18,7 megavatios.

La Consejería de Innovación confía en la biomasa como la fuente renovable que más cantidad de energía puede aportar. Por eso se incentivan muchos proyectos innovadores. Para mejorar su competitividad se está investigando en generar un combustible estandarizado, lo que se conoce como pellet. Es biomasa de pequeño tamaño que mejorar los sistemas de combustión. Andalucía cuenta ya con 13 plantas de este tipo en diferentes fases. Tres de ellas, dos en Córdoba y otra en Granada, ya están funcionando.

Los clientes del hotel Sierra de Cazorla, en La Iruela, no son los únicos que disfrutan de calefacción y baños gracias a los huesos de aceituna. En el hotel El Guerra, en Güejar-Sierra (Granada), la empresa Éneryet Energías Renovables ha utilizado también los restos de las olivas para generar 600 kilovatios de potencia de calefacción y agua caliente.

Ha supuesto una inversión de 187.500 euros, pero con un incentivo autonómico de 111.200 euros. Hay más ejemplos. La caldera de la residencia de ancianos de Peal de Becerro, en Jaén, también tiene por combustible los huesos de aceituna.

La apuesta es firme y se pretende consolidar en toda la comunidad aunque, de momento, triunfa más en los alrededores del parque natural de Cazorla, donde el olivar se levanta con esplendor. Otro tipo de proyectos buscan huecos. Las fábricas de pellet, la biomasa de menor tamaño, se van a cuadruplicar en poco tiempo, según las previsiones de la Junta.