El Ayuntamiento cede para el Museo de Urbanismo una nave con empresas dentro
El Museo de Urbanismo se ubicará en una nave de Can Batlló -la antigua fábrica textil situada en la entrada sur de la Gran Vía- en la que todavía hay actividad industrial. La cesión formal de ese espacio al Ministerio de Vivienda fue firmada ayer por el alcalde de la ciudad, Jordi Hereu, y la titular de ese ministerio, Beatriz Corredor. Barcelona será una de las dos sedes de un equipamiento bicéfalo: el Museo Nacional de Arquitectura y Urbanismo. El dedicado a la arquitectura tendrá su sede en el edificio del Banco de España de Salamanca y el del urbanismo se ubicará en una de las naves de Can Batlló, que se ve desde la Gran Via. Es un edificio con una superficie construida de algo más de 4.850 metros cuadrados que, como el resto del complejo, es de ladrillo a vista y tiene dos plantas. La ministra puntualizó ayer que en el otoño se convocará un concurso de ideas para la rehabilitación de la nave y la propuesta museística, y calculó que las obras se prolongarán tres o cuatro años.
22 titulares de pequeñas industrias esperan cobrar las indemnizaciones
En todo el complejo perviven todavía una veintena de actividades de pequeños industriales. La nave que ayer fue cedida está ocupada parcialmente por dos empresas que todavía no han percibido la indemnización acordada. Los titulares de los negocios se quejan del incumplimiento del pago de las indemnizaciones establecidas hace más de dos años para abandonar las naves. Así las cosas, siguen trabajando a la espera de cobrar: "Algunos no podrán dejar Can Batlló hasta que esté construida la nueva nave en el polígono de la Zona Franca. El compromiso fue que el traslado sería a finales de 2009, pero eso será imposible", apuntaba Rayda, representante de los industriales que todavía no han percibido la indemnización. El edil de Urbanismo, Ramón García Bragado, señaló que las dos empresas que todavía trabajan en la nave del futuro museo saldrán "en septiembre, cuando perciban la indemnización". El proceso de vaciado del polígono se inició hace años y ha sido complicado por la resistencia de los afectados a abandonar ese emplazamiento y las dificultades objetivas para su realojo en las naves de la Zona Franca.
Can Batlló tiene 14 hectáreas y es propiedad de la inmobiliaria Grupo Gaudir. En 2006 se aprobó una planificación urbanístca que supone la construcción de 1.615 viviendas, 985 de régimen libre, 470 con algun tipo de protección y 160 dotacionales. También se prevé la creación de un parque de unas cinco hectáreas y varios equipamientos de barrio.
Una de las naves mayores será ocupada por el Departamento de Medio Ambiente. Sin embargo, el arranque de las obras y la nueva reparcelación del área va a un ritmo más lento del que marcó en los últimos años la fiebre del ladrillo. De hecho, la inmobiliaria quería empezar a construir a principios del año pasado. Al ser preguntado por el parón, el edil de Urbanismo comentó que las primeras promociones de pisos que se construirán serán las públicas.
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