La Cámara 'estrena' la legislatura con un pleno marcado por la transversalidad

Un pleno con un orden del día corto, de pacífico y nada agrio intercambio en los debates y con todas las decisiones adoptadas con un alto grado de consenso inició ayer las sesiones ordinarias del Parlamento de la novena legislatura. Se abría una etapa nueva y pareció nuevo también el tono, con los debates centrados en la cuestión y sin atisbo de crispación o referencias hostiles entre sus señorías. La presidenta, Arantza Quiroga, quien dirigía su primer pleno ordinario, lo tuvo fácil.

La nueva mayoría no nacionalista sólo tuvo necesidad de hacerse visible en la elección de los tres senadores que designa la Cámara. El apoyo que se intercambiaron socialistas y populares privó al PNV de uno de los dos que tenía hasta ahora y llevará al Senado a Roberto Lertxundi por el PSE y a Juana Iturmendi por el PP. Joseba Zubia seguirá representando al PNV, mientras que el también peneuvista Paulino Corcuera se queda sin escaño en la Cámara alta.

La nueva mayoría no nacionalista sólo se vio en la elección de los senadores

El resto de asuntos salieron adelante con un amplio y transversal consenso, que, en el caso de la iniciativa del PNV sobre el Concierto, rozó la unanimidad: sólo votó en contra el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro.

En la cuestión promovida por el también único representante de EA, Jesús María Larrazabal, para exigir el cierre de la nuclear de Garoña, UPyD unió su voto a los 13 del PP para votar en contra. Sin embargo, la iniciativa salió adelante también con un amplio margen de apoyos. EA la transaccionó con los socialistas y Aralar y el PNV la respaldó también. El texto reitera la oposición de la Cámara a la prórroga de la licencia de explotación de la nuclear burgalesa y exige su cierre definitivo, a lo que insta al Gobierno central.

La etapa ordinaria abierta ayer tendrá un recorrido breve, pues el periodo de sesiones termina con este mes de junio y nada indica que haya materia ni intenciones como para habilitar julio. De hecho, la Cámara suprimió el primer pleno de control al Ejecutivo, previsto para ayer, ante la falta de iniciativas de la oposición.

Dos plenos la próxima semana y otro la siguiente será toda la actividad que dé tiempo a desplegar hasta septiembre. El Gobierno, que cumplirá sus cien días de mandato en agosto, contará así con un amplio margen de tiempo para terminar su período de rodaje sin la presión semanal de la oposición en el Legislativo.

La sesión de ayer puede considerarse como una primera muestra de la apertura de posibilidades para acuerdos de distinto signo, incluidas las tres formaciones que cuentan con un solo parlamentario (EA, EB y UPyD), que abre la nueva relación de fuerzas. Y también de que el pacto de estabilidad entre socialistas y populares sólo entrará en juego justamente cuando de esa estabilidad del Gobierno se trate, pues, como demostró la posición dispar de ayer de ambos grupos a cuenta de Garoña, la Cámara seguirá siendo testigo del antagonismo ideológico y político entre PSE y PP.

De hecho, los populares aprovecharon para que su propio líder en Euskadi, Antonio Basagoiti, cargase en los pasillos de la Cámara contra el presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusó de no respetar "el sentido común ni las decisiones de los expertos". "¿Qué quiere Zapatero, que vivamos con velas o que nos cobren un ojo de la cara por la energía los franceses?", se interrogó, apostillando la defensa de la continuidad de la central que había realizado desde la tribuna su compañero Carmelo Barrio. Este parlamentario popular pidió al PNV "coherencia", tras acusar a los peneuvistas de estar "en la borrokada antinuclear, por un lado, y, por otro, apoyando la rentabilidad y los beneficios de Garoña en el Consejo de Administración de Iberdrola [copropietaria con Endesa de la nuclear], a través de la BBK, que es el segundo accionista".

Larrazabal tachó de "interesadas" las informaciones sobre una posible subida del recibo de la luz si se cierra la planta. "Sólo genera el 1,4% de la electricidad producida en todo el Estado y el 7% de la que producen todas las nucleares españolas. Las plantas eólicas de Castilla y León producen un 40% más que Garoña", apuntó.

La socialista Natalia Rojo resaltó que la central suma todos los requisitos para ser cerrada y que se puede prescindir de ella "sin riesgo de provisión" ni aumento del precio de la electricidad. "Lo mejor es que Garoña se cierre al finalizar su vida útil, en 2009". [En realidad, la central cumple los 40 años previstos en 2011].