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Reportaje:FÚTBOL | COPA CONFEDERACIONES

Suráfrica, 15 horas después

La selección española llega a la Copa Confederaciones, donde tiene un fijo de 900.000 euros sólo por participar, tras ingresar la Federación 800.000 en Azerbaiyán

Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, debe estar convencido de que por 800.000 euros vale la pena ir a Bakú (Azerbaiyán) a jugar un amistoso y acto seguido, volar a Suráfrica. Otra cosa distinta es qué piensan los jugadores de la selección, que ayer se metieron entre pecho y espalda quince horas de viaje, de Bakú a Rustenburgo, a unos 120 kilómetros al norte de Johanesburgo, donde el domingo debutarán contra Nueva Zelanda en la Copa Confederaciones, por la que la Federación percibe 900.000 euros sólo por participar. El estado de los futbolistas aconsejó a Del Bosque a suspender la sesión preparatoria prevista para la tarde, así que los jugadores se pasaron la tarde descansando, acreditándose y, antes de cenar, atendieron una charla con un delegado arbitral de la FIFA, quien explicó al grupo de Vicente del Bosque algunos detalles sobre los criterios que impondrán los colegiados en el torneo. "Nada nuevo, pero nos han dicho que serán inflexibles con las protestas", advirtió al término de la charla uno de los jugadores.

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La expedición no abandonó Azerbaiyán hasta pasadas las tres de la madrugada porque hubo un contratiempo inesperado: uno de los utileros perdió el pasaporte y las autoridades locales se mostraron inflexibles, negándose a que abandonara el país. El empleado se tuvo que quedar en Bakú y ayer regresó a España gracias a las gestiones de la embajada francesa en la ex república soviética. Antes de despegar, los doctores de la Federación Española administraron medicamentos -relajantes musculares e inductores del sueño- para hacer más llevaderas las 10 horas de vuelo a los futbolistas que lo desearon, pero al llegar al aeropuerto Oliver Tambo de Johanesburgo las caras de los jugadores delataban de cansancio. En especial la de Cesc, con una brecha de siete centímetros en la frente y una aparatosa protección que motivó las bromas de su amigo Gerard Piqué. Una vez en Johanesburgo, quedaban aún 112 kilómetros hasta Rustenburgo, capital de la provincia Noroeste, a los pies de la imponente cordillera de Magaliesburgo, donde viven unas 700 personas. Pasadas las tres de la tarde -hora local- la expedición española tomó posesión del Hotel Hunters Rest Lodge. Los seleccionados por Del Bosque pasaron del calor de Bakú, más de 30 grados y sol, a los 10 y lluvia en Suráfrica, otro motivo más para suspender la sesión preparatoria. "Los cambios de temperatura son muy traicioneros", advirtieron fuentes federativas. El equipo se entrenará hoy, en principio mañana y tarde, aunque para dar tiempo a la recuperación de los jugadores, la sesión matinal, fijada en un principio a las 10.30 de la mañana, ha sido retrasada media hora.

Sergio Ramos y Albiol, ayer a la llegada del equipo español a Rustenburgo.
Sergio Ramos y Albiol, ayer a la llegada del equipo español a Rustenburgo.AFP

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