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El 'lehendakari' asegura a Agirre que relevarle no está en sus prioridades

Los diputados generales de Álava y Guipúzcoa marcan distancia con Bilbao

La moción de censura en la Diputación de Álava para relevar al equipo que dirige Xabier Agirre (PNV) y poner la institución en manos del PP no está entre las prioridades de la agenda del lehendakari Patxi López. Así se lo hizo saber ayer al propio interesado, según informó el diputado general de Álava, durante la entrevista que ambos mantuvieron a solas por espacio de una hora. López recibió también al diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano, en este caso arropado por los representantes de Kutxa, Adegi, Corporación Mondragón y Cámara de Comercio que integran el grupo de trabajo Gipuzkoa Aurrera. Olano explicó este acompañamiento como la carta de presentación de un "nuevo modo de hacer política" que Guipúzcoa estaría ensayando y que quiere sumar "la cooperación público-privada" al "liderazgo institucional compartido" con el Gobierno.

Olano define el clima de su cita con López como "de confianza"

Agirre dijo haber encontrado en el lehendakari una "franca receptividad" a los planteamientos y proyectos que le presentó, e indicó que, "por supuesto", hablaron de la cuestión de la moción de censura que persigue el PP. "Ha reconocido que [la cuestión] estuvo presente en las conversaciones con el PP, pero que hoy no figura entre las prioridades de su agenda política", desveló el diputado general alavés. "No me tranquiliza, porque ya estaba tranquilo. Yo he venido para cuatro años", respondió a una pregunta en ese sentido. Agirre puso la afirmación del lehendakari en el haber que para él significan los sucesivos pronunciamientos de la dirección alavesa del PSE-EE, del alcalde de Vitoria, el socialista Patxi Lazcoz o la portavoz del Gobierno, Idoia Mendia, que considera resistentes a la pretensión de los populares. El lehendakari no le transmitió ninguna petición concreta sobre lo que espera del comportamiento de la Diputación de Álava en la relación institucional, dijo. "Lo que ha habido es una consideración absolutamente coincidente de que lo que prima es la estabilidad institucional", explicó.

La percepción de los peneuvistas sobre el riesgo de su posición al frente de la Diputación parece haber cambiado en las últimas fechas. Diputados forales del equipo de Xabier Agirre, que en otros momentos parecían dar por inevitable el relevo, apuestan ahora a que harán la campaña para las elecciones forales de 2011 en posesión de sus actuales cargos.

Con las dos reuniones de ayer, López ha intercambiado ya impresiones con las tres diputaciones forales, todas en manos del PNV, desde las que el Gobierno puede temer que este partido articule la disputa por el "liderazgo" del país al que animó el anterior lehendakari, en forma de oposición institucional al Ejecutivo socialista. Algo así pudo deducirse de la entrevista que mantuvo el viernes con el diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao, y del tono que este usó para dar cuenta del contenido del encuentro. Pero no de las dos que se produjeron ayer. Tanto Agirre como Olano enumeraron las prioridades y proyectos que expusieron al lehendakari, muchos de ellos ya en marcha con el Gobierno anterior. Pero no pusieron cifras a sus demandas, como sí hizo Bilbao, y el lenguaje que usaron resultó sobremanera conciliador e institucional. "Trabajo en común", "colaboración sin partidismos", "liderazgo compartido" fueron los términos que se sobrepusieron ayer en contraste a la aspereza exhibida por el diputado general de Vizcaya, que llegó a instar al lehendakari López a "marcar territorio" y "dar la cara" frente a Madrid.

Otro tono, otro clima

"No voy a valorar actitudes y planteamientos de otras instituciones. Bastante tengo con lo mío", dijo ayer Olano respecto de la pretensión de Vizcaya de desprenderse de sus compromisos en la financiación del metro de Bilbao y descargarla al completo sobre el Gobierno vasco, con el efecto que ello tendría en términos de reducción de recursos para los otros dos territorios. "Cada responsable institucional tiene un modo propio de presentar las cuestiones", señaló, tras precisar que no entiende la interlocución con el Ejecutivo en términos de "reivindicaciones", sino de "trabajo en común" y "actitud abierta de colaboración". "Estamos condenados a entendernos", afirmó. Por ello, añadió, el enfoque de Guipúzcoa ha querido ser "ponderado, sopesado y reflexivo. Lo consideramos el más eficaz y adecuado". Olano definió el clima de la reunión como "de confianza".

Agirre, menos elocuente que Olano, dijo simplemente que no haría "ninguna valoración" sobre las peticiones de Vizcaya. El diputado general de Álava no vislumbra que alguna de las cuestiones planteadas por él vaya a resultar conflictiva. "Por lo que yo he percibido del lehendakari, en absoluto", dijo.

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