'Lieder' en el Festival Mozart con calidad y poca asistencia

La sección liederística del festival llegó este año con los recitales a cargo de Christoph Prégardien, tenor, y Stephan Genz, barítono. Junto a ellos, Michael Gees y Michel Dalberto mostraron el lied como género sólo comprensible como dúo de voz y piano, con protagonismo compartido. Voces y teclado estuvieron perfectamente integrados estilística y musicalmente.

Prégardien y Gees hicieron un programa con Amor de poeta de Schumann y El canto del cisne de Schubert, en el que el romanticismo de ambos autores fue contrastado con El rojo, de Wolfgang Rihm (1952), una obra que encaja entre los dos ciclos que la rodearon como una llave en su cerradura. Prégardien tiene un dominio absoluto de la emisión en todos los registros y su voz, ricamente timbrada, fue instrumento de una bella musicalidad.

Genz afrontó con Dalberto el ciclo La bella molinera, de Schubert. Su voz es potente y redonda pero, sobre todo en su registro agudo, no rueda muy bien por la sala cuando apiana; tal vez por una proyección inadecuada o mal adaptada a la extraña acústica del Teatro Colón. En cualquier caso, al igual que Prégardien en el suyo, el barítono alemán supo transmitir la mucha emoción de que Schubert preñó sus pentagramas. Tampoco este fin de semana se llenó el teatro y el no muy numeroso público asistente a los conciertos vio dificultado su disfrute por la falta del texto original en los respectivos programas de mano y la escasamente cuidada edición de éstos.