Parques coloridos, pero descuidados
Vecinos de Valencia piden mejor mantenimiento de las zonas de juego
Ser niño en Valencia y pretender jugar en alguno de los 400 parques infantiles de la ciudad puede ser, en ocasiones, algo incómodo por la falta de higiene o el tráfico que les rodea. En noviembre de 2008, la alcaldesa, Rita Barberá, anunció que la homologación de todos los parques y sus aparatos de juego a la normativa europea estaría terminada tras una inversión de 1,5 millones de euros en 110 áreas de columpios. Sin embargo, vecinos de algunos barrios afirman que en sus zonas no sólo no se modificó nada, sino que "están abandonados de la mano de Dios".
Vicente Barcelona vive en el barrio de El Cabanyal desde que nació. Tiene nietos, pero ya no los lleva al parque Lorenzo La Flor porque dice que la limpieza "es cero" y que es imposible fiarse en medio de la degradación urbana y los problemas sociales que aquejan al barrio. "Está para que lo arreglen, porque nunca hicieron nada. Sólo hace falta echar un vistazo al barrio para comprenderlo", denuncia.
Los usuarios critican las vallas oxidadas y los excrementos de animales
Como Vicente, muchos padres y abuelos se quejan de los desperfectos de estas áreas de juego coloridas (supuestamente dedicadas a los más pequeños), ya que en la mayoría de casos el mismo parque sirve también para los animales y sus dueños. "Ya he pedido al Ayuntamiento una placa para que prohíban la entrada de perros, está muy mal", afirma Adoración Gutiérrez mientras vigila a su hija de tres años en la plaza Calabuig, también en El Cabanyal.
Además de las decenas de excrementos, tanto Gutiérrez como otra madre que frecuenta el parque a diario denuncian la falta de plantas o arbustos, las vallas oxidadas que rodean la zona y la inseguridad que hay por el tráfico. "Aquí no cambiaron ni un columpio, ¿no ves que no está de cara a la Copa de la América?", espeta una de ellas.
El informe de la revista Consumer Eroski a mediados de 2005 sobre cómo es un "parque 10" ya advertía de que, entre otras cosas, tenían que estar a más de 30 metros del tráfico rodado, adaptados a los usuarios con dificultades de movilidad e indicar "correctamente la edad de los niños que pueden utilizar los juegos". Muchas áreas recreativas de Valencia carecen de estas cualidades, aunque cumplen otros requisitos como pavimentos para amortiguar los golpes o formas atractivas de los juegos para promover el entretenimiento de los pequeños.
La edil socialista Carmen del Río sostiene que no solo hay que aprovechar el dinero europeo (el 70% del proyecto lo subvencionó la Unión Europea), "sino que no hay que dejar de lado el mantenimiento, ya que son zonas concurridas y frecuentadas diariamente por niños". Desde la Concejalía de Jardines y Parques responsabilizan al "vandalismo".
El barrio de El Carme y el de Benimaclet son dos ejemplos antagónicos. Uno de los vecinos y miembro de la red de comunicación social barriodelcarmen.net indica que "aquí sobran bares y desidia, y faltan zonas de juego. No hay ninguna y estamos en el centro". Sin embargo, Antonio Pérez, presidente de la Asociación de Vecinos de Benimaclet, en este asunto declara no poder quejarse. "Lo tuvimos que denunciar al Consistorio, pero al final, hace dos años, los renovaron", resume.
VECINOS DE VALENCIA PIDEN PARQUES INFANTILES MEJOR CUIDADOS
Los cerca de 400 parques infantiles de la ciudad de Valencia se llenan a diario de niños con ganas de jugar. En una parte de ellos, sin embargo, tropiezan con suciedad, excrementos de perros y desperfectos. "Está para que lo arreglen", afirma un vecino de El Cabanyal sobre la zona de juego de Lorenzo La Flor a la que lleva a sus nietos. En otros casos, las familias se quejan de que se permita la entrada de perros en los parques infantiles. "Ya he pedido al Ayuntamiento una placa para que prohíban la entrada de perros. Está mal", asegura Adoración Gutiérrez en el parque de la plaza Calabuig (en la imagen). La alcaldesa, Rita Barberá, anunció en noviembre de 2008 una inversión de 1,5 millones de euros para 110 áreas de columpios, una actuación que debía rematar la obligatoria homologación de las zonas de juego a la normativa europea. Los vecinos piden que se incida en el mantenimiento para disfrutar de parques mejor cuidados.
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