Traspasar el acero con la tela
El diseñador Emilio de la Morena triunfa en Londres con la obra gráfica de Chillida como inspiración
El diseñador español Emilio de la Morena tiene su rincón creativo en el londinense barrio de Kensington, aunque el punto de partida de sus colecciones -la inspiración- suele arrancar cuando se sumerge en la oferta cultural de una de las capitales más cosmopolitas del planeta. Apasionado de la escultura, anhelaba plasmar en su trabajo la fascinación por la obra de Eduardo Chillida, pero "al ser tan monumental, pensaba que no podía traducirse". Una exposición consagrada a la obra gráfica del artista vasco le permitió sortear ese escollo, investigar el armazón de piezas tan emblemáticas como El peine de los vientos, cuyas láminas de acero acabó replicando con tiras de cartón y finalmente traspasó a la tela. El resultado quedó plasmado con éxito en la pasada Semana de la Moda de Londres, con un despliegue de chaquetas de volumen escultural y de vestidos rematados con tachuelas en forma de bóvedas de metal que le confirman como uno de los talentos emergentes del universo de la moda. Que Gwyneth Paltrow o Kate Moss ya lucieran diseños de su anterior colección contribuyó en su momento a afianzar el nombre de este alicantino de 36 años. De la Morena concibe su ciudad de adopción como "una cantera que brinda muchas oportunidades a los diseñadores jóvenes", "más creativa pero menos comercial que Milán o Nueva York", y sede de algunas de las mejores escuelas de diseño, incluida la Central Saint Martins, donde él mismo se formó. Su singladura no es de manual. Aparcó la vocación de escultor ("en casa insistieron en que no tenía futuro") para orientar su labor profesional hacia el mundo de los negocios, y sólo rozando la treintena decidió explorar su creatividad por los derroteros de la moda. Aprendió trabajando por cuenta ajena y ya en 2005 establecía su propia firma. El recorrido de sus prendas por un abanico de colores que huye de negros y grises pretende conjurar el ambiente de depresión del que no escapan las casas de diseño. De la Morena es de los que piensan que "la crisis también puede ser un momento de oportunidades", si bien admite que el contexto adverso "invita a menos locuras" y "todos los diseñadores hemos empezado a hacer referencias clásicas, en mi caso, recuperar, por ejemplo, el estampado de pata de gallo". A pesar de contar con puntos de venta también al otro lado del Atlántico, la asignatura pendiente es el mercado español: "Allí la gente prefiere gastarse el dinero en marcas internacionales y la nómina de diseñadores jóvenes establecidos es todavía muy reducida. Pero eso irá cambiando, porque si algo define a España es su enorme creatividad".
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