CARCAÑO SABÍA QUE LE GRABABAN
El juez que investiga la muerte de Marta del Castillo autorizó a la policía a grabar las conversaciones telefónicas que el asesino confeso, Miguel Carcaño, mantuviera en la cárcel de Morón. Pero la prisión cometió un error: decírselo a Carcaño. El preso (en la imagen, al salir ayer de los juzgados) aprovechó para dar una nueva versión y exculparse de la desaparición del cadáver.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.