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La amenaza atómica

Corea del Norte amenaza con atacar al Sur

Kim Jong-il rompe con el armisticio que puso fin a la guerra en 1953 - La unión de Seúl al plan de seguridad de EE UU contra armas nucleares irrita a Pyongyang

La crisis norcoreana se encona. Pyongyang rechazó ayer de forma unilateral el armisticio con el que finalizó la guerra de Corea (1950-1953) y amenazó con atacar a su vecino del Sur en respuesta a la decisión de Seúl de unirse a la llamada Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación (PSI, en sus siglas en inglés), impulsada en 2003 por EE UU, cuyo objetivo es impedir el tráfico internacional de armas de destrucción masiva. La iniciativa, en la que participan 95 países, incluye la posibilidad de interceptar y registrar barcos en alta mar. El régimen de Kim Jong-il había dicho en el pasado que consideraría una declaración de guerra la participación de Corea del Sur en esta coalición. La prensa surcoreana aseguró que hay indicios de que Pyongyang ha vuelto a poner en marcha las instalaciones nucleares de Yongbyon, en las que puede producir plutonio para su uso en bombas atómicas.

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El Norte sube así un grado más la tensión que vive el noreste asiático desde el ensayo atómico subterráneo llevado a cabo el lunes por Pyongyang y las pruebas de misiles de corto alcance efectuadas ese mismo día y el martes.

"El Ejército del Pueblo Coreano no se siente ligado a partir de ahora al Acuerdo de Armisticio. La península coreana volverá al estado de guerra", se afirma en la agencia oficial del Norte KCNA. "Cualquier acto hostil contra nuestros navíos, incluida su búsqueda y captura, será considerado una violación imperdonable de nuestra soberanía y responderemos con un contundente golpe militar". Seúl dijo que replicará "de forma severa a cualquier provocación", según los acuerdos de defensa con EE UU. Washington tiene desplegados alrededor de 28.500 soldados en el país asiático.

El Ministerio de Defensa surcoreano añadió que no habían sido enviados refuerzos a la zona, aunque se mantienen los fuertes dispositivos militares habituales. La agencia surcoreana Yonhap afirmó, citando fuentes militares sin identificar, que el Gobierno ha enviado un buque de guerra a la frontera marítima y está preparado para desplegar un destructor.

Los analistas consideran poco probable que estalle un conflicto a gran escala, pero creen posibles escaramuzas en las zonas limítrofes, similares a las registradas en el mar Amarillo en 1999 y 2002.

La guerra de Corea finalizó en 1953 con un alto el fuego, que nunca se convirtió en tratado de paz, según el cual ambas partes pactaron cesar por completo las hostilidades y aceptaron la línea de demarcación que separa los dos países de este a oeste. La frontera se ha convertido en una las más armadas del mundo.

La comunidad internacional ha condenado de forma unánime la prueba atómica del lunes que, según Naciones Unidas, supone una violación flagrante de la resolución 1718, aprobada en 2006 tras el primer ensayo nuclear de Pyongyang. Pero los diplomáticos en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas han señalado que necesitarán tiempo para acordar una nueva resolución contra el Norte, que podría incluir más sanciones.

El Gobierno de Kim Jong-il afirmó por medio del diario Minju Joson que es "ridículo" que Estados Unidos piense que va a "poner de rodillas" al país con sanciones. "Hemos vivido con las sanciones estadounidenses durante décadas. La política hostil de EE UU es como intentar golpear una roca con un huevo podrido".

Mientras tanto, Pyongyang puede haber cumplido su amenaza de volver a poner en marcha su principal central atómica. "Hay varios indicios, detectados por los satélites de vigilancia de Estados Unidos, de que las instalaciones de reprocesamiento [de combustible nuclear] de Yongbyon están otra vez en funcionamiento, como la emisión de vapor", publicó ayer el mayor diario surcoreano, Chosun Ilbo, que cita a una fuente gubernamental sin identificar.

Las negociaciones para el desmantelamiento del programa de armas atómicas norcoreano han estado sembradas de retórica, amenazas, avances y retiradas por parte de Pyongyang desde hace años, y desde diciembre pasado se encuentran paralizadas. En los últimos meses, el Norte ha endurecido su posición, según los analistas, para reforzar su capacidad negociadora ante Estados Unidos y afianzar la posición de Kim Jong-il, de 67 años, dentro del país, tras la apoplejía sufrida el verano pasado.

El ensayo atómico ha incrementado los temores de que Pyongyang transfiera armas de destrucción masiva a otros países. Washington ha acusado a su enemigo de intentar vender tecnología, entre otros, a Siria.

Un soldado coreano patrulla junto a la valla en la zona desmilitarizada entre las dos Coreas.
Un soldado coreano patrulla junto a la valla en la zona desmilitarizada entre las dos Coreas.REUTERS

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